PECTORAL FIRME
Muchas mujeres son capaces de modificar el tamaño de su pecho de forma natural con ayuda del ejercicio físico, aunque no es viable en todos los casos. ¿Cómo saber si estás en el grupo de las que sí? Te damos todas las claves.
El tamaño del pecho es motivo de complejo para muchas mujeres: en algunos casos por defecto y en otros por exceso. El ejercicio puede ayudar a modificar su tamaño en algunos casos, aunque no en todos.
Para saber si el tamaño de tu pecho puede disminuir con ejercicio físico, necesitas conocer su composición. Es lo que diferencia a las mujeres que pueden modificar su volumen de forma natural de las que no.
La anatomía de las mamas, según la Stanford Medicine Children's Health, se caracteriza por tener 15-20 secciones denominadas lóbulos. Los lóbulos, además, se componen de lobulillos que terminan en bulbos, uniéndose todos ellos a través de conductos.
Los senos femeninos están formados principalmente por grasa (tejido adiposo) y por la glándula mamaria. El músculo quedaría debajo de cada mama, es decir, en sí mismas no tienen músculo.
La densidad del pecho, una clave fundamental
Para entender por qué en cada mujer el pecho es tan diferente es fundamental tener en cuenta que la densidad de la mama difiere notablemente entre una y otra.
El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EEUU explica las 4 categorías principales para clasificar la densidad de la mama en función del tipo de tejido:
¿Qué factores modifican el tamaño del pecho?
El tamaño del pecho depende de la genética y sufre variaciones a lo largo de la vida por elementos como el ciclo menstrual, el embarazo, la lactancia, la medicación, etc. Además, las mamas son una de las principales partes del cuerpo en las que más se notan las variaciones de peso: aumentan al ganar peso y se reducen con la pérdida. No en todas las mujeres se produce en la misma proporción, ya que depende de la densidad del pecho.
En un 90% de las mujeres, el tamaño de pecho grande está ligado a un porcentaje de tejido graso relevante. Este es el elemento fundamental que determina la posibilidad de que el pecho pueda reducir su tamaño con ejercicio, a través de la pérdida de grasa.
Sin embargo, en el caso de que la mujer ya tenga un porcentaje de grasa corporal bajo, está desaconsejado adoptar hábitos para la pérdida de grasa por el alto riesgo de desencadenar problemas de salud como los TCA (trastornos de la conducta alimentaria).
Ejercicio para reducir el tamaño del pecho
El tipo de entrenamiento más útil cuando se busca un gasto calórico elevado es el ejercicio cardiovascular. Entrenamientos como correr, nadar, bicicleta o elíptica permiten consumir muchas calorías durante la sesión y, con ello, aumentar las calorías que se queman al día. Cuando se queman mediante el ejercicio más calorías de las que se consumen, se empieza a perder grasa.
Si se quieren maximizar los beneficios, deberá combinarse la actividad cardiovascular con una alimentación equilibrada y con el entrenamiento de fuerza. Esto último no sólo tiene como objetivo la tonicidad del pectoral, sino que también ayuda a aumentar el gasto calórico en reposo.
Si tu objetivo es reducir peso graso o el tamaño del pecho, puedes entrenar fuerza sin miedo a que sea contraproducente. Sin embargo, entrenar fuerza no va a ayudar a aumentar el tamaño del pecho. Para entenderlo es importante remitirnos a la explicación anterior. ¿La mama tiene músculo? No, la mama se compone de tejido graso y de la glándula mamaria, y el músculo se encuentra debajo de la misma. Por lo tanto, las variaciones que se hagan en el músculo no van a afectar a la composición del seno femenino.
En cambio, sí es muy positivo entrenarlo porque fortalecer el pectoral ayuda a que la base sobre la que se encuentra el pecho sea más firme. La estética siempre va a ser mejor en una mujer que tenga el pectoral tonificado.