LAVADO DE MANOS Y MÁS COSAS
El 80% de las bronquiolitis y las neumonías en los bebés están producidas por el virus respiratorio sincitial (VRS), suponiendo a veces complicaciones graves que requieren de ingreso hospitalario.
Con la llegada del otoño y el invierno, el riesgo de infecciones respiratorias en los recién nacidos aumenta. Una infección como la del virus respiratorio sincitial (VRS) en el adulto se manifiesta como un resfriado común en las vías respiratorias altas, que muchas veces pasa desapercibido. Pero en los niños pequeños el virus puede afectar a los bronquios, produciendo dificultad respiratoria.
El 60% de los niños menores de un año podrá contagiarse con este virus, siendo una de los principales motivos de consulta en urgencias y la principal causa de ingreso hospitalario. Como dato, en Europa ingresan 1 de cada 56 bebés menores de 2 años ingresan por este motivo.
Este virus es especialmente delicado en bebés menores de 6 meses, bebés prematuros, bebés inmunodeprimidos y niños con cardiopatías o enfermedades pulmonares crónicas.
Ante un bebé con síntomas catarrales, es importante vigilar ciertos signos de alarma ante los que habría que consultar con tu pediatra:
Para evitar que el VRS y otros virus respiratorios se transmitan, lo más importante es seguir las siguientes medidas:
La asociación española de pediatría recomienda además de las medidas generales, la administración de la vacuna contra el VRS a todos los lactantes menores de 6 meses o que nazcan durante la temporada más crítica (a partir de octubre).
Esta vacuna puede administrarte junto con las otras vacunas del calendario si así coincide. Por ejemplo, si a tu bebé le toca la vacuna de los 4 meses durante la temporada, ambas podrían administrarse el mismo día sin necesitar espaciarlas X periodo de tiempo.
Es una vacuna segura y eficaz. Las reacciones adversas más frecuentes son erupción cutánea en el punto de inyección o fiebre. Sólo estaría contraindicada en el caso de que el bebé tenga una alergia conocida a alguno de sus componentes.
Como conclusión, recuerda que la medida más eficaz para prevenir cualquier tipo de infección respiratoria es el lavado de manos frecuente.