QUEMAZÓN
Si con cierta frecuencia tienes una sensación de quemazón en el estómago, que en ocasiones puede subir hasta la garganta, es necesario que conozcas qué hábitos de vida la pueden acentuar para saber cómo prevenirla. En este artículo te contamos cuáles han mostrado ser perjudiciales.
Entre el 8,8 % a 25,9 % de personas en Europa padecen la enfermedad por reflujo gastroesofágico, una de las enfermedades más comunes del tracto digestivo superior. Su síntoma más característico es la acidez de estómago, que se presenta al menos una vez por semana y que, si no se trata adecuadamente, puede conllevar complicaciones graves a largo plazo.
La acidez estomacal se siente como un dolor en el pecho a la altura del esternón, normalmente después de las comidas que empeora al ponerse en horizontal. Ocurre cuando el contenido ácido del estómago sube por el esófago. Entre otros motivos, esto sucede cuando el esfínter esofágico inferior (la válvula que separa el esófago del estómago) no hace su función correctamente, permitiendo que el contenido ácido de estómago vuelva a subir, produciendo así esa sensación de quemazón.
Hay factores de riesgo no modificables para la acidez de estómago, pero hay otros que sí se pueden modificar. La determinación de los factores de riesgo modificables para esta enfermedad y sus síntomas es importante para una prevención dietética eficaz y un tratamiento dietético y conductual de la enfermedad.
¿Qué hábitos de vida suponen un factor de riesgo para la acidez?
Las evidencias científicas disponibles muestran que estos hábitos de vida incrementan el riesgo de padecer acidez de estómago:
¿Qué hábitos alimentarios suponen un factor de riesgo para la acidez?
Con respecto a los hábitos alimentarios, ingerir estos alimentos o bebidas pueden producir sintomatología en personas con enfermedad por reflujo gastroesofágico:
Además de la ingesta de estos alimentos, otros hábitos alimentarios pueden tener repercusión en la sintomatología, como por ejemplo:
¿Qué hábitos de vida nos protegen de la acidez?
De la misma forma que hay hábitos que nos perjudican, existen otros que presentan un efecto protector, como son: