ECONOMÍA DOMÉSTICA
Cuando compartimos la vida con alguien es normal que antes o después también participemos de las cuestiones económicas. Muchas parejas decidien juntar todo su dinero y tener únicamente cuentas conjuntas. ¿Es buena opción?
La recomendación es que siempre mantengamos cierta independencia porque tener cuentas y gastos totalmente separados es complicado, a la vez que engorroso. Es importante valorar el tiempo compartido y los compromisos de la pareja.
A priori, lo ideal cuando no llevamos demasiado tiempo con una pareja es mantener cuentas separadas y, cuando los gastos comunes (como el pago del alquiler, la luz o las cenas en restaurantes) empiezan a aflorar crear siempre una cuenta compartida.
Cuando una pareja decide abrirse una cuenta conjunta, lo ideal es que ambas personas sean titulares de la misma. Ser titulares implica que ambos son dueños de la cuenta y que responderían solidariamente en el caso de que se produzca un descubierto o impago.
Esto es importante porque, si optasen por que uno fuese el titular y otro el autorizado, la persona autorizada podría operar, pero de una manera limitada. Además, no sería legalmente dueña de los saldos, podría ser eliminada de la cuenta en cualquier momento y tendría problemas para domiciliar pagos o abonos a su nombre.
Del mismo modo, si fuesen titulares de un préstamo, también responderían de manera solidaria frente al mismo.
Es muy importante saber que los titulares de las cuentas no se pueden modificar una vez que se crea una cuenta. Es por eso que no se pueden añadir persones a una cuenta ya existente y que tampoco se pueden eliminar a posteriori. La única forma de añadir o quitar titulares en una cuenta pasa por su creación o cancelación.
Una vez que ambas personas son titulares de la cuenta en común, lo recomendable es que cada uno mantenga su cuenta personal separada y realicen una aportación mensual a la cuenta compartida.
Llegados a este punto, siempre suele surgir una duda: Si cada miembro de la pareja gana un salario diferente, ¿ambos deben de poner la misma cantidad a la cuenta conjunta? Es decir, la cantidad puede ser igual para ambos, o bien se puede optar por que el impacto económico sea diferente en función de las ganancias de cada uno.
Una pareja puede decidir que cada uno aporte exactamente lo mismo, por ejemplo, 600 euros al mes por persona a la cuenta compartida. Sin embargo, otra pareja podría optar por asumir una carga económica proporcional a sus ingresos. Por ejemplo, que uno de ellos aportase 500 euros mientras que el otro, que gana un 50% más, aporte 750 euros mensuales.
No hay una cosa mejor que la otra, esta decisión debe ser compartida por la pareja tras ser meditada y consensuada.
El amor es ciego, decían. Pero el dinero no lo es y muchos problemas económicos suceden tras las rupturas.
Es por eso que el contrato matrimonial se firma al casarnos, porque si se hiciese al divorciarnos seríamos incapaces de llegar a un acuerdo. Y por este mismo motivo es importante decidir cómo queremos tratar los temas económicos en nuestra relación de pareja porque, si en algún momento el amor se acaba, tener las cosas claras desde el principio facilitará mucho la resolución de la sociedad económica al final.