CONVIERTE ESTOS CONSEJOS EN COSTUMBRES
El colesterol alto, la obesidad, el embarazo o los malos hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol o el sedentarismo son algunas de las causas de un flujo sanguíneo inadecuado. Te contamos cómo puedes solucionar este problema.
Las venas y las arterias tienen un papel muy importante en la circulación, ya que son las encargadas de transportar la sangre desde el corazón a todas las partes del cuerpo. En el caso de las piernas, existe una especie de válvulas que se encuentran en las paredes de las venas que permiten el flujo de la sangre. Conforme pasan los años, las venas de las piernas pierden elasticidad y este proceso resulta más costoso.
La mala circulación en las extremidades inferiores juega un papel muy negativo en nuestra salud. Es muy común sufrir problemas de circulación como las varices, hinchazón, cambio de color de las piernas o agotamiento. Por ello, debemos acostumbrarnos a realizar algunos hábitos para mejorar el flujo y no sufrir las consecuencias. Si padeces estos problemas tan molestos, te contamos cómo puedes hacer que disminuyan.
Sigue una dieta equilibrada
Comer de manera saludable es un factor muy importante que tiene grandes beneficios para la circulación de las piernas. Este problema suele producirse por la falta de proteína en la dieta. Por lo tanto, es recomendable consumir pescados azules, ricos en este nutriente. Además, evitar el consumo de azúcares y grasas saturadas es una buena decisión para alejarnos de esta preocupación.
Opta por las duchas de agua fría
Al final del día, elegir un baño de baja temperatura ayudará a mejorar la circulación de tu cuerpo. Con el agua fría conseguimos relajar las piernas, aliviar la fatiga y desinflamar las zonas hinchadas. Después de la ducha, puedes realizar un masaje en las extremidades para que el flujo sanguíneo sea óptimo y evitemos la aparición de varices. Puedes efectuar movimientos circulares, en sentido ascendente, con aceite de romero. Esta planta es una buena aliada, ya que contiene propiedades antiinflamatorias que conllevan grandes beneficios.
Realiza ejercicio asiduamente
Las sentadillas o saltar a la comba son ejercicios que puedes practicar para mejorar la circulación sanguínea. De esta forma conseguirás evitar la formación de grasa y la retención de líquidos. Además, debemos procurar no estar en la misma posición durante largos periodos de tiempo. Por ejemplo, a la hora de trabajar, es recomendable levantarse cada dos horas y realizar un paseo durante 5 minutos. En el caso de que tu jornada laboral sea de pie, intenta sentarte de vez en cuando para descansar las piernas.
Hidrátate por dentro y por fuera
Intenta beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, así conseguirás activar la circulación sanguínea. No olvides hidratarte también por fuera, utilizando cremas especializadas para la epidermis. Mantendrán la piel elástica y ayudarán a que las varices disminuyan.
Dale un respiro a tus piernas
Presta especial atención a tus extremidades inferiores cuando estés descansando. Pon las piernas en alto, por encima del nivel del corazón, para el buen funcionamiento de las venas. Así estas también descansarán después de toda una jornada en la misma posición.
Recuerda que un médico te aconsejará sobre cuál es el mejor tratamiento para ti y qué medidas debes tomar si tienes varices. Dependerá del nivel de mejora que necesite la circulación de tus piernas. Aun así, si sigues estos sencillos consejos, fáciles de llevar a cabo, conseguirás disminuir tus problemas relacionados con el flujo sanguíneo.
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