GRANDES RESULTADOS
Si tienes en tu armario arrinconada alguna que otra prenda de ropa porque piensas que ya está estropeada, en este artículo te traemos la solución. Con un producto para la piel que es muy fácil que tengas en casa puedes dejar los jerséis, los vestidos y otras prendas de lana como nuevas para alargar su vida útil o que tengan una segunda vida.
Para combatir estos días de frío son muy buenas opciones las camisetas térmicas, las sudaderas gruesas, los polares y vestirse con capas para crear aislamiento y mantener una buena temperatura corporal. Sin embargo, en NovaMás estamos convencidos de que en tu armario también tienes más de un jersey, vestido u abrigo de lana.
Las prendas de lana tienen la ventaja de que están confeccionadas con una tela muy cálida que mantiene el calor a la perfección. Además, son de gran calidad, resistente y elástica debido al origen natural de la fibra: el pelaje de la oveja.
No obstante, podemos estar de acuerdo en que tienen una gran desventaja: después de ciertos usos, a todas las prendas de lana les aparecen bolas y pelusas que las afean. Esto son pequeñas acumulaciones de fibras que se sueltan y que se van acumulando en la superficie del tejido con el tiempo, debido a una fricción constante, el roce con otras prendas o el simple proceso de lavado.
En este artículo te explicamos cómo alargar la vida útil con un producto para la piel que es muy probable que tengas en casa, económico y tremendamente duradero: la piedra pómez.
La mecánica es tremendamente sencilla: solo debes coger la prenda que tengas arrinconada en tu armario porque tiene bolas y colocarla en una superficie plana. Acto seguido coges la piedra pómez y la pasas por la superficie de la prenda de forma suave, con movimientos lineales, de arriba a abajo, y las fibras sueltas del tejido se quedarán enganchadas en la piedra volcánica.
Este uso de la piedra pómez es todo un descubrimiento, porque tras su uso puedes obtener muy buenos resultados y porque se trata de un producto que hasta el momento se había destinado, sobre todo, para el cuidado de la piel.
Hasta el momento, las bolas de las prendas de lana las quitábamos con artículos diseñados especialmente para ello, como algún objeto electrónico, un rodillo que tiene capas adherentes desechables o con una cuchilla de afeitar.
El inconveniente de estos productos es que algunos de ellos tienen un precio elevado (comparado con el de la piedra pómez), son de usar y tirar, o pueden causar daños en los tejidos.
El primer paso para evitar que tus prendas de lana se conviertan en un terreno fértil para las bolas es el cuidado adecuado a la hora de lavarlas y almacenarlas.
Cuando las metas en la lavadora mira bien con qué oras piezas de ropa comparten tambor, a ser posible que no tengan velcros o cremalleras que pueden propiciar a enganchones no deseados. Utiliza detergentes suaves y evita el uso de suavizantes, ya que estos pueden debilitar las fibras de la lana.
Al almacenarlas en el armario, plantéate usar bolsa de tela o fundas transpirables para introducir tus prendas de lana. De este modo las protegerás de la fricción no deseada y se mantendrán en perfecto estado.
Además, darle un descanso a tus prendas entre uso y uso puede marcar la diferencia. No uses la misma pieza de lana de forma continua; deja que la prenda respire y recupere su forma original.