QUE NO SE OLVIDEN

Cómo limpiar los quemadores y la parrilla de la cocina de gas

Quizá uno de los sitios que más se olvida a la hora de limpiar son los quemadores de la cocina de gas, sin embargo, es esencial mantener una buena limpieza para un correcto funcionamiento. Te contamos cómo hay que mantenerlos.

Cuando se trata de limpiar la cocina, es necesario hacerlo en todos lados, incluso en los más insospechados ya que la grasa se pega por todas partes. Hay que repasar todos los elementos tras su uso: sartenes, cubiertos, tablas y vitrocerámica o cocina de gas. En el caso de estos dos últimos, de su limpieza puede depender su correcto funcionamiento.

En lo que a la vitrocerámica respecta, es mucho más fácil de limpiar. Su base lisa y sin recovecos hace muy fácil dejarla impoluta con los productos adecuados, a diferencia de las de gas, cuya limpieza es más laboriosa. Pero a pesar de que el proceso de limpieza sea más complejo, hay que realizar limpiezas en profundidad con la misma frecuencia.

Cómo limpiar eficazmente una cocina de gas

Para empezar a limpiar la cocina de gas, lo primero que hay que hacer es cerrar el paso del gas para evitar accidentes. Una vez se ha esperado y ya está frio el fuego, se desmontan los fogones y se meten en un cubo o un barreño con jabón para platos. Después hay que frotarlos con un estropajo para tratar de quitar la grasa incrustada.

Cocina de gas | iStock

A las parrillas se les suele acumular mucha suciedad, siendo necesario dejarlas remojando en agua caliente mezclada con vinagre durante varias horas. En el caso de probar, y que la suciedad no se termine de ir, se puede intercambiar el vinagre por amoníaco.

En cambio, para limpiar la base no es recomendable utilizar estropajos metálicos, ya que, de hacerlo, el material de la base puede verse perjudicado. En cambio, la mejor opción es una bayeta humedecida con agua y jabón, o agua y vinagre en los casos más extremos. Para terminar de secar la base, que es necesario para volver a colocar los fogones, lo mejor no es utilizar una bayeta seca, sino un paño seco.