DUELO EN LA FAMILIA
La pérdida de un ser querido es uno de los desafíos más difíciles a los que una familia puede enfrentarse. Cuando hay niños, el duelo se complica aún más, ya que los padres deben lidiar con sus propias emociones y dar apoyo a los hijos.
Lidiar con la muerte y pasar el duelo son tránsitos de la vida muy difíciles de llevar. Más aún para los más pequeños de la casa. No obstante, los adultos podemos hacer que esta difícil etapa sea más llevadera en la familia, si tomamos un papel activo y somos conscientes de la necesidad de acompañamiento a los hijos.
Hablar con los niños sobre la pérdida es esencial. Utilicemos un lenguaje claro y adecuado para su edad. Evitemos usar metáforas confusas o eufemismos que puedan generar más dudas y confusión. Animemos a nuestros hijos a hacer preguntas y no tengamos miedo de compartir con ellos la información de una manera honesta y comprensible.
Como consejo práctico, podemos utilizar libros o recursos diseñados para ayudar a los niños a comprender el duelo. Estos nos pueden servir como punto de partida para conversaciones significativas. Un libro que nos puede resultar muy útil es ‘Así es la vida’, de Ana Luisa Ramírez
Es muy normal que experimentemos una amplia gama de emociones durante el duelo, y por supuesto que los niños también lo harán. Vamos a permitirles que expresen sus sentimientos y asegurarles que está bien sentir tristeza, enojo o confusión. Seamos un modelo de cómo lidiar con nuestras propias emociones de manera saludable.
Como consejo práctico, fomentemos actividades creativas como dibujar, escribir diarios o crear álbumes de recuerdos para ayudar a los niños a expresar sus emociones cada vez que sea posible.
La estabilidad y la rutina son especialmente importantes durante el duelo. Mantener las rutinas diarias tanto como sea posible, proporcionará un sentido de seguridad a los niños. Sin embargo, podemos ser flexibles cuando así se requiera y permitirnos y permitirles adaptarse a sus necesidades emocionales.
Como consejo práctico, podemos hablar con los niños sobre posibles cambios en la rutina y colaborar juntos para encontrar soluciones que beneficien a todos los integrantes de la familia, fomentando la escucha activa y la anticipación.
Honrar y recordar al ser querido es una parte muy importante del proceso de duelo. Invitemos a los niños a participar en actividades conmemorativas como encender una vela, crear un jardín conmemorativo o compartir anécdotas juntos. Los rituales de despedida y recuerdo son muy importantes para toda la familia.
El duelo puede ser un proceso largo y desafiante. Si notamos que nosotros o nuestros hijos están teniendo dificultades significativas para sobrellevar la pérdida, consideremos buscar ayuda profesional. Un terapeuta especializado en duelo puede proporcionar apoyo y orientación necesarios y ser un marcador diferencial en el proceso que estemos transitando.
No olvidemos cuidarnos a nosotros mismos. Durante el proceso de duelo, es fundamental que los padres nos cuidemos física y emocionalmente. El autocuidado nos permitirá estar en mejores condiciones para brindar apoyo a nuestros hijos.
Como consejo práctico, intentemos encontrar el tiempo para recargar energías. Buscar apoyo en amigos, familiares o grupos de apoyo para padres en duelo es muy reconfortante.
El duelo es una experiencia profundamente personal y única para cada miembro de la familia. Trabajar juntos, comunicarse abierta y amorosamente, y buscar recursos profesionales cuando sea necesario puede fortalecer definitivamente el vínculo familiar en este momento difícil. Con el tiempo, la familia puede llegar a sanar, estar mejor y recordar con cariño y amor a su ser querido.