EMPODERAMIENTO FINANCIERO
Controlar nuestras finanzas es clave para alcanzar nuestras metas personales y profesionales. Aunque hablar de dinero puede ser incómodo, hacerlo de forma abierta y estratégica es fundamental para avanzar. Te damos 5 consejos para hacerlo desde una perspectiva práctica.
Cuando se acerca el fin de año, solemos hacer balance de nuestra vida: metas alcanzadas, proyectos por cumplir y, cómo no, nuestra situación financiera. El dinero es un factor crucial para nuestro bienestar, aunque muchas veces lo evitamos por considerarlo un tema difícil o incómodo. Sin embargo, entender nuestras finanzas y aprender a gestionarlas es un paso esencial para cumplir nuestros objetivos.
Históricamente, a las mujeres se nos ha excluido de las conversaciones sobre economía y de la toma de decisiones, perpetuando desigualdades que impactan en nuestra autonomía. Un estudio de Bank of America Merrill Lynch, titulado Women and Money: A Guide for Financial Empowerment advierte que un 70% de las mujeres que entrevistaron preferían conversar cobre salud o, incluso, sobre la muerte, que sobre sus finanzas personales.
Esta es una realidad paradójica, teniendo en cuenta la creciente responsabilidad financiera de la población femenina. Cambiar esto está en nuestras manos, y en NovaMás queremos ayudarte a tomar el control con estos cinco consejos prácticos para hablar de dinero sin miedo.
Antes de abordar cualquier conversación financiera, plantéate: ¿dónde quiero estar dentro de cinco o diez años? Visualiza tu objetivo profesional o personal y diseña un plan para alcanzarlo. Esto te ayudará a saber qué debes plantearte hoy: puede ser negociar un aumento de sueldo, contratar un plan de ahorro, estudiar una formación adicional, exigir un cambio de horarios o dedicarte a proyectos que te permitan crecer y ganar más dinero. Cuando sabes a dónde quieres llegar, es más fácil establecer prioridades y comunicar tus necesidades con seguridad.
Si buscas negociar un aumento en el trabajo o plantear una manera distinta de distribuir los ingresos familiares, asegúrate de que el momento no te pille con el pie cambiado. Aprovecha reuniones clave o conversaciones sobre los gastos para introducir el tema de manera natural. Prepara datos concretos sobre tus ingresos, tus deudas, tu rendimiento y tus logros laborales: los números siempre tienen más peso que las opiniones. Sé clara y directa, dejando de lado frases como siento que o creo que.
Si nos centramos en el ámbito laboral, ten en cuenta el mes en el que tu empresa define el presupuesto del año, generalmente hacia finales, y asegúrate del periodo que tiene estipulado para revisar los salarios. Infórmate sobre cuándo se toman estas decisiones en tu empresa y pide tu revisión antes de que cierren los números. Comunica tus expectativas con tiempo para que te tengan en cuenta en la planificación salarial.
El salario no es lo único que puedes negociar. Considera también beneficios como horarios flexibles, días libres adicionales, oportunidades de formación o la posibilidad de trabajar en proyectos que te apasionen. Cuantas más opciones pongas sobre la mesa, más posibilidades tendrás de conseguir lo que necesitas para avanzar.
Si te sientes estancada en un lugar donde no valoran tu trabajo o en una relación en la que consideras que la distribución de la riqueza no es justa, por mucho que hayas intentado que la situación cambie, quizás sea momento de comenzar una nueva etapa, buscar nuevas oportunidades laborales y romper con lazos que te oprimen.
Sé fiel a tus objetivos y a ti misma, y no te conformes con menos de lo que mereces. Hablar de dinero no debería ser un tabú, especialmente para las mujeres. Romper con los esquemas tradicionales y tomar el control de nuestras finanzas es un acto de empoderamiento que nos permite construir un futuro mejor.