REMEDIOS CASEROS EFICACES
Las células de la piel, sus propios aceites, las alergias y los agujeros constantemente obstruidos pueden dar lugar a un olor nauseabundo.
A veces, al pasar los dedos por las perforaciones de los pendientes o al sacarnos uno, notamos un desagradable olor, como si hubiera algo en esta zona que se estuviera pudriendo. Puede llegar a ser un olor realmente nauseabundo. Para nuestra sorpresa, a la vista todo parece estar en orden.
Tal vez, el pendiente esté un poco sucio, pero, en apariencia, no identificamos nada en nuestra oreja que pueda desprender este horrible aroma. Pero el caso es que está ahí y queremos eliminarla antes que pueda llegar al olfato de alguien de nuestro entorno. A continuación, te enseñamos maneras fáciles y efectivas para acabar con este desagradable olor.
¿Por qué huelen los agujeros de las orejas?
Existen dos motivos principales que explican el mal olor de las perforaciones. Por un lado, este es el resultado de la mezcla entre las células de la piel y los propios aceites naturales que desprende.
Cuando mantenemos el agujero tapado de manera permanente con un pendiente, el conjunto de células y aceites no respira y provoca malos olores. En este sentido, habrás notado que el hedor aparece cuando ya llevas tiempo usando los mismos pendientes, sin cambiarlos, sacarlos o limpiarlos.
Por otro lado, están las reacciones alérgicas. La hipersensibilidad a algunos materiales, como la plata o la bisutería, puede dar lugar a pequeñas infecciones que desprendan mal olor. Las reacciones son fácilmente identificables porque no solo huelen, sino que sientes dolor e, incluso, pueden aparecer pequeñas costras.
En este caso, consulta con tu dermatólogo para que te indique qué tipos de materiales soporta tu piel y evitar el uso de los que te provoquen alergia.
Soluciones para evitar el mal olor
La higiene de pendientes y orejas es la clave principal para acabar con el hedor. Aparte de la forma de limpiar los oídos que describimos a continuación, también es recomendable que no lleves siempre los mismos pendientes y que dejes respirar los agujeros de vez en cuando. Es decir, que no lleves nada que los obstruya.
Bicarbonato o agua destilada
En un recipiente lo suficientemente grande como para que los pendientes se puedan sumergir, mezcla un poco de agua con bicarbonato o agua destilada (la puedes comprar en farmacias). Deja los pendientes en remojo durante unos 10 minutos.
Después, ponlos encima de papel absorbente y con un palito de algodón (llamados "palitos para las orejas") saca la suciedad de los pendientes. Para retirar las impurezas más adheridas puedes utilizar hilo dental. Debes esmerarte, especialmente, en la zona del pendiente que está en contacto con la piel.
Limpiar los agujeros
Por último, moja jabón neutro y agua en un palito de algodón y limpia los agujeros de la oreja. También es recomendable que uses jabón antiséptico, de esta forma, te aseguras de eliminar posibles virus o bacterias.
Después del lavado, aclara las orejas con agua tibia. Hay gente que en este proceso también utiliza alcohol para desinfectar, pero es una práctica de riesgo porque podríamos irritar la piel o provocar sequedad.
Insistimos en que lo primordial es una buena higiene, tanto de los pendientes, como de las perforaciones. Además de un cambio regular del tipo de pendiente para que no lleguen a ensuciarse y, de vez en cuando, liberar a los agujeros de cualquier obstrucción durante 1 o 2 días.