SALUD EMOCIONAL
El cuidado emocional y la autoprotección son vitales para saber lidiar con la huida repentina de alguien.
De repente, alguien con quien habías establecido una relación de confianza, desaparece de tu vida sin previo aviso. Puede ser una pareja, un amigo o alguien que empezabas a conocer a través de las redes. Esta huida repentina y sin explicaciones nos duele porque para nosotras el vínculo afectivo que se había creado era real y jamás pensamos que el otro sería capaz de abandonarnos.
Puede que esta situación te suene y que la hayas vivido en tus propias carnes, o tal vez tengas alguna amiga que ahora lo esté sufriendo. Hoy en día, a esta práctica se le llama ghosting (del inglés, ghost, fantasma) y ocurre cuando una persona decide escoger la salida fácil y dejar de contestar a un pretendiente no deseado o ignorar una situación incómoda. Esta desaparición puede ser difícil de procesar para la otra persona, más aún, en el caso de vínculos amorosos, ya que los sentimientos podrían haber aflorado.
Desde NovaMás hemos hablado con la psicóloga especializada en crecimiento personal y autoestima, Laia Sabaté, propietaria del centro de psicoterapia online psicolaiasabate.com, para que nos explique qué debemos hacer si nos encontramos ante una situación de ghosting.
Revisión emocional
Según Sabaté, una de las claves para que el ghosting no sea tan difícil de superar es revisar qué heridas del pasado nos ha abierto y qué tipo de pensamientos nos ha activado:
“Lo que tenemos que mirar es cómo nos está afectando y qué nos ha generado. A veces, solo necesitamos ser conscientes de que no es cierto lo que estamos pensando, recordarnos nuestra propia valía y darnos unos días para que la emoción se calme. Otras veces, necesitaremos entender qué se nos ha abierto con este ghosting y qué cosas hay en nuestra vida que han quedado por sanar y resolver”, explica la psicóloga.
Sin embargo, Sabaté reconoce que sentir malestar ante la situación también es normal y que nos lo debemos permitir sentirlo sin juicios.
Tú no tienes la culpa
Ante una situación de ghosting, las heridas y el sentimiento de humillación no tardan en aparecer e, instintivamente, nos obsesionamos y buscamos respuestas en nosotras mismas: ¿qué habré hecho mal? Esto puede ser un proceso muy doloroso del que nuestra autoestima puede acabar perjudicada, por esto es importante que nos protejamos.
Según Sabaté, lo que hay que tener claro es que “no todo tiene que ver con uno mismo”, es decir, la respuesta de esta huida no está en ti. “Los demás hacen cosas desagradables y que nos duelen, pero que no tienen nada que ver con cómo somos o lo que hemos hecho, sino que tienen que ver con el otro y con su forma de ser.”
Además, añade que “lo que más daño nos hace es pensar que hemos tenido culpa de que eso pasara así o que quizás no hemos sido suficientes. Recordarnos que somos suficientes, merecedores de amor y que no tenemos nada que ver con ese tipo de conductas, nos puede ayudar a tomar distancia, aunque no nos quite el mal trago o el malestar.”
El miedo al rechazo
Cuando experimentamos un ghosting es normal que nos invada la inseguridad y que nos condicione en experiencias futuras. El miedo se apodera de nosotras y nos puede limitar en el momento de establecer otras nuevas relaciones.
En este sentido, la psicóloga señala que ante un ghosting conectamos con el rechazo y, en este punto, se pueden dar varias situaciones: “Cuando te dejas llevar por el rechazo, crees que nadie va a elegirte. Sin embargo, cuando lo aceptas y aprendes que puede pasar, que duele, pero que eso no va a marcar experiencias próximas, te permites a ti misma seguir ilusionándote y confiando en que te pueden pasar cosas buenas”.
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