Porque la guerra es la guerra.. pero hay que defecar
El estreñimiento es un problema que muchas mujeres sufren de forma crónica creyendo que no tiene solución, que la batalla está perdida.
Laxantes, suplementos y ciertas pautas dietéticas son grandes aliados de todas aquellas que tienen dificultades para ir al baño a diario, cosa que ocurre porque todavía no conocen el truco de los samuráis. Sí, así es: el truco de los samuráis, que ha cambiado la vida de muchas personas al facilitar la actividad intestinal evitando el estreñimiento y sus consecuencias.
¿En qué consiste este truco legendario? Antes de pasar a detallar los pormenores de este secretillo avalado por miles de estreñidos a lo largo del planeta, que dan fe de que funciona, conviene decir que en la época de los samuráis era imposible dedicar largo rato a evacuar. La guerra era la guerra, y el enemigo podía aparecer perfectamente mientras los guerreros hacían sus necesidades, cosa que, al parecer, le ocurrió a Uesugi Kenshin, quien fue asesinado justo cuando se dedicaba a esta actividad corporal.
A partir de ahí, los samuráis vieron claro que tenían que inventar un sistema para ir al baño de forma rápida y eficaz, y por eso empezaron a implementar con gran éxito el sistema de cruzar la pierna. Se trata de sentarse en el inodoro con la espalda bien recta y la pierna medio cruzada, con el tobillo de la pierna derecha reposando sobre la rodilla izquierda, o viceversa, y una mano en cada rodilla. Es adoptar esa postura a diario y que la cosa empiece a ir como la seda. Al parecer, facilita notablemente la expulsión, pese a que no es especialmente cómoda, dado que los inodoros no están diseñados para ello.
Pese a que este gesto no servirá de nada si no lo acompañamos de unos hábitos saludables y una dieta rica en fibra, es cierto que al parecer libera la zona y permite que evacuemos de forma más sencilla y rápida, lo que evita el sufrimiento de todas aquellas estreñidas que a menudo ven las estrellas cuando van al baño.
¿Cómo hacer más eficaz la técnica del samurái? Pues siguiendo estos consejitos de sobras conocidos pero que a menudo olvidamos.
Bebe agua. Y cuando decimos agua nos referimos también a infusiones, zumos y otros líquidos saludables. Es fundamental para ayudar a que el sistema digestivo funcione. No esperes a tener sed para beber: tu cuerpo te lo agradecerá.
Fibra, fibra y más fibra. No te obsesiones demasiado por comerla en ayunas o con otros alimentos, a media mañana o para cenar, simplemente tómate como una obligación incorporar fibra a tus comidas: frutas y verduras, legumbres y cereales integrales serán tus aliados a la hora de ir al baño.
No descuides el ejercicio físico. Yoga o Pilates son ideales para tonificar la musculatura abdominal y dar una nueva vida a tu actividad intestinal.
Escucha a tu cuerpo. No te aguantes las ganas, pues puede que cada oportunidad que dejes pasar sea una oportunidad perdida definitivamente. No importa si es en la oficina o en un bar: cuando tu cuerpo te lo pida trata de ir al baño.
Cuidado con ciertos medicamentos. Consulta a tu médico, porque algunos medicamentos pueden ocasionar estreñimiento. Si eres alérgica, esos antihistamínicos pueden ser los causantes de tu mala relación con el baño.
Ponte en cuclillas. Si el estreñimiento es insostenible, trata de ponerte en cuclillas para ir al baño, especialmente en las épocas en que te cueste más. ¡Verás cómo la cosa mejora!
Encuentra tus momentos. Tal vez sea tras la cena, o después del desayuno, o nada más levantarte. Trata de establecer unas rutinas para ir al baño, pues tu cuerpo se acabará acostumbrando a ellas y te sentirás mucho mejor.
Huye de los vendehúmos. Van a tratar de venderte limpiezas de colon, pastillas milagrosas y pócimas mágicas. No tomes nada sin prescripción médica y confía en adoptar una alimentación variada y equilibrada, sin grasas saturadas, y evitar en la medida de lo posible los alimentos astringentes. Todo ello y la técnica del samurái… ¡serán mano de santo!