MALESTAR PRIMAVERAL
Con la llegada de la primavera, las flores brotan y los insectos despiertan. Precisamente, esta actividad floral es la que nos provoca la tan odiada alergia al polen, una que se hace especialmente relevante si sopla el viento. Aliviar sus síntomas es posible si llevamos a cabo algún que otro truco casero.
Cuando tenemos alergia a algún tipo de sustancia lo pasamos realmente mal, especialmente si son difíciles de evitar, como por ejemplo la alergia a los ácaros o la alergia al polen, la más común cuando llega primavera y se llega al máximo nivel de polinización. Es aquí cuando nos pica todo el rostro, los ojos se nos hinchan y hasta se nos irrita la garganta. En definitiva, sufrimos un malestar muy incómodo.
Para prevenir la aparición de la alergia o que esta vaya a más, podemos llevar a cabo algunas acciones. Por ejemplo, esforzándonos más en la limpieza del hogar y manteniendo la casa lo más aislada posible, con puertas y ventanas bien cerradas para evitar que entren y salgan las partículas de polen. Si salimos a la calle, podemos hacer uso de la mascarilla, algo a lo que ya estamos muy acostumbrados.
Una vez brota, los antihistamínicos son la solución más común para el alivio de la alergia, aunque hay determinados remedios caseros que también pueden reducir las consecuencias de esta reacción tan típica en primavera.
Los mejores remedios caseros para suavizar sus efectos
Aplica compresas frías en los ojos
Una de las zonas del rostro que más sufre las consecuencias de esta alergia es la de los ojos. Las personas a las que les afecta el polen pueden sufrir picores oculares, lagrimeo y hasta hinchazón en la zona. Se pueden aplicar compresas frías en los ojos para reducir la hinchazón, además de aliviar el picor que se pueda generar.
Otra recomendación es evitar el uso de gafas en el momento en el que los ojos están irritados, porque ese contacto puede empeorar el estado. Para mantener una correcta limpieza, se recomienda frotar un algodón impregnado de manzanilla, un remedio casero muy efectivo.
Mantén limpias las fosas nasales
Respirar con dificultad debido a la congestión nasal de la alergia es de lo más normal, pero también es un auténtico incordio. ¿Qué podemos hacer para solucionarlo? Lo más eficaz es mantener las fosas nasales limpias. El suero fisiológico es una solución salina muy útil, tanto para destapar las fosas nasales como para llevar a cabo correctos lavados nasales.
Si te pica la nariz, no la toques, solo vas a lograr que el picor incremente. Además, cuanto menos contacto con la piel, mejor. Siempre que te tengas que tocar la cara, lávate las manos antes para evitar llevar más polen a las zonas sensibles.
Toma alimentos ricos en vitamina C
Al igual que nos ayudan en los resfriados, los alimentos cargados de vitamina C nos ayudarán a combatir los síntomas de la alergia. Los cítricos como la naranja y el limón son ideales, así como el tomate. Intenta incorporar este tipo de alimentos a tu dieta, pues la vitamina C se considera un potente antihistamínico natural. La miel también te puede ayudar, sobre todo para la congestión y la irritación de garganta.
Haz gárgaras y bebe agua
El picor de garganta y la posible irritación posterior pueden derivar en un insoportable dolor de garganta. Además de cuidar la zona con infusiones y sopas calientes, podemos ayudarla haciendo gárgaras con agua tibia y sal. Mezcla media cucharadita de sal con un vaso de agua y haz gárgaras durante 30 segundos, luego escupe la mezcla.
Beber agua es esencial para mantenerse bien hidratado y también para reducir el efecto, pues en cierta manera esa ingesta nos ayuda a limpiar la zona de los restos de polen que hemos podido respirar.
Limpia bien tu piel
Aunque no lo veamos, el polen se puede adherir fácilmente a nuestra piel. Por ese motivo, se hace especialmente importante mantener una buena higiene corporal, duchándonos más veces al día de las que solemos hacerlo. También es importante que lo retires del pelo, es la zona más cercana a la cara. Y no te olvides de la ropa: lavala a menudo.