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Cómo aliviar la acidez de estómago: Alimentos que evitan la sensación de quemazón

La alimentación y la acidez de estómago están estrechamente relacionados. Hay alimentos que la mejoran y otros que están prohibidos. Te cuento, en este artículo, cómo evitar esta incómoda sensación de después de comer.

Una mujer con dolor de estómago iStock

La acidez estomacal puede producirte desde un malestar puntual después de una comida a un problema continuado que debemos tratar con un profesional. Como es evidente, la alimentación juega aquí un papel fundamental.

¿Qué es la acidez estomacal y por qué ocurre?

La acidez es esa sensación de ardor que ocurre cuando el contenido ácido del estómago retrocede hacia el esófago, una zona que no está preparada para manejar ese ácido corrosivo. Esto suele pasar porque el esfínter esofágico inferior (una especie de válvula que separa el estómago del esófago) se relaja más de la cuenta o no cierra bien.

Mujer con dolor de estómago | Pexels

¿Y qué lo provoca? Aquí es donde entramos en la alimentación. Aunque hay otros factores como el estrés, el tabaquismo o el sobrepeso, lo cierto es que ciertos alimentos pueden empeorar esta situación... y otros, al contrario, pueden ayudarte a controlarla.

Alimentos que alivian la acidez

No todo es cuestión de pastillas, pero no les tengas miedo, son para cuando son y, si un profesional médico lo prescribe, es por algo y hay que tomarlas. No obstante, hay alimentos que, por sus propiedades, ayudan a neutralizar el ácido o a mejorar la función digestiva, reduciendo la probabilidad de que el ácido suba hacia donde no debería. Milagros no, pero para ayudar aquí tienes algunos de ellos:

  • Plátanos: el protector natural

Los plátanos y, en general las frutas tienen fibra, que ayuda a mejorar el tránsito intestinal, evitando el exceso de presión en el estómago, que es una de las causas del reflujo. Además, su textura suave es ideal para personas con el esófago irritado.

  • Avena

Además, de su alto contenido en fibra que ayuda a absorber el exceso de ácido en el estómago y a mantener una digestión más fluida, es saciante, lo que te ayudará a evitar esos atracones que podrían ser la causa del reflujo.

Consejo: Si le añades un poco de bebida vegetal y frutas no ácidas, tienes un desayuno perfecto para cuidar tu estómago.

Desayuno a base de copos de avena | Freepik
  • Yogur natural

El yogur es una excelente fuente de probióticos, esos microorganismos que ayudan a mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal. Al favorecer una buena digestión, se reduce el riesgo de que el ácido suba hacia el esófago. Además, el yogur es suave y refrescante, ideal para calmar el ardor.

Consejo: Elige yogures naturales sin azúcar añadida. Puedes combinarlos con avena o plátano para un combo perfecto contra la acidez.

  • Verduras verdes: el poder alcalinizante

Espinacas, brócoli, judías verdes... Las verduras de hoja verde pueden contrarrestar el exceso de acidez en el estómago. Además, son ricas en fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y disminuye la presión sobre el esfínter esofágico.

Consejo: Evita cocinarlas con salsas pesadas o demasiado aceite. Mejor al vapor o salteadas con un chorrito de aceite de oliva.

Verduras | iStock

Alimentos que deberías evitar si tienes acidez

Claro, no todo son buenas noticias. Si quieres evitar esa quemazón después de una comida o una cena, también es importante saber qué alimentos conviene limitar o evitar:

  • Cítricos (naranja, limón, pomelo): aunque son saludables, su acidez puede empeorar el reflujo.
  • Tomate y sus derivados (salsas, ketchup): muy ácido para el esófago irritado.
  • Café y bebidas carbonatadas: aumentan la producción de ácido.
  • Fritos y comidas grasas: ralentizan la digestión y aumentan la presión en el estómago.
  • Chocolate: sí, lo sé… pero el chocolate puede relajar el esfínter y facilitar el reflujo.

La buena noticia es que sí puedes ayudar a controlar la acidez estomacal a través de lo que comes. Añadir alimentos que neutralicen el ácido o mejoren la digestión y evitar aquellos que agraven la situación es el primer paso.

Pero recuerda: cada cuerpo es diferente. Si notas que ciertos alimentos te afectan más que otros, ajusta tu dieta y encuentra tu equilibrio y si no mejora, por favor, no dudes en ir al médico.