SALUD MENTAL
La maternidad es un aprendizaje constante para las mujeres, que tras convertirse en madres empiezan a sentir emociones y experimentar sensaciones nuevas o que eran poco frecuentes en su etapa anterior. Todo ello afecta a su autoestima y a su felicidad. ¿El cambio es a mejor o a peor?
La ansiada maternidad para muchas personas se puede relacionar directamente con la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, analizando factores prácticos que influyen en la felicidad, como puede ser el factor de la autoestima...¿ qué resultado obtenemos? Es decir, ¿cómo es la autoestima de una mujer tras ser madre? Porque la autoestima es un factor relevante en nuestra felicidad.
La autoestima es el valor subjetivo (positivo o negativo) que nos damos a nosotros mismos y que influye directamente en cómo nos tratamos y en las decisiones que tomamos.
Nuestra autoestima parte de la construcción de nuestro autoconcepto, es decir, de lo que pensamos que somos. Por ejemplo: si pensamos que somos vagos, probablemente tengamos una autoestima más pobre que si pensáramos que somos dinámicos. Como vemos en este ejemplo, la forma en la que nos hablamos importa y mucho.
Por otro lado, tener una adecuada autoestima no significa pensar solo cosas positivas de nosotros mismos, si no equilibradas, es decir, ser conscientes de nuestras cualidades y nuestros defectos. También, aceptar nuestros defectos o buscar mejorarlos (dependiendo del defecto, será importante trabajar en la aceptación o la mejora) y sobre todo, potenciar nuestras cualidades. Nuestras cualidades deben ser nuestro motor de avance y las que nos guíen en nuestros objetivos y toma de decisiones.
Cuando nuestra autoestima es sana, nuestros objetivos son coherentes con nosotros mismos y nuestras decisiones nos ayudan a acercarnos a ellos. Si nuestro objetivo dentro del proyecto de vida es tener hijos, cuando lo conseguimos, a pesar de las posibles dificultades que puedan surgir, la sensación de realización tiene un gran potencial y nuestra autoestima puede aumentar considerablemente.
A pesar de que tener un hijo pueda representar un logro enorme en nuestra vida, los estudios dicen que desde el embarazo y hasta el posparto (sobre todo en el posparto) e incluso hasta 3 años más tarde, la autoestima de las mujeres puede verse mermada. Traer al mundo a un hijo es maravilloso, sin embargo, también puede ser duro a nivel práctico en el día a día.
Algunos factores que influyen en que la autoestima disminuya en este periodo son los siguientes:
Para que realmente podamos disfrutar de la decisión y la experiencia de ser madres es importante también cuidar en esta etapa nuestra autoestima. Para ello se proponen las siguientes recomendaciones: