SALUD MENTAL

Coach o psicólogo: ¿En qué caso necesitas cada uno?

Hablamos con Mirèia Muixí López, psicóloga y co-active coach, y con Marc Martínez González, comunicador y co-active coach, para entender la diferencia entre la psicología y el coaching y saber cuándo necesitamos cada uno o ambos a la vez.

Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, la sociedad ha adquirido una mayor conciencia acerca de la importancia de cuidar la salud mental y se ha reducido el estigma asociado a buscar ayuda de un psicólogo. En la actualidad, cada vez más personas están hablando abiertamente sobre la ansiedad, la depresión, los trastornos de la alimentación y otros desórdenes que pueden ser tan perjudiciales como cualquier enfermedad física.

Además, en este contexto, la figura del coach ha ganado popularidad. Anteriormente, esta figura se asociaba principalmente con el ámbito empresarial y los ejecutivos de alto nivel, pero en la actualidad cada vez más personas acuden a él en el ámbito personal para buscar apoyo y orientación.

Sea como fuere, la búsqueda de crecimiento personal se ha convertido en una prioridad para muchas personas y para lograr objetivos es importante saber a qué profesional acudir. ¿Coach o psicólogo? ¿Cuál es la diferencia? Para entender las principales diferencias entre estas dos figuras, en NovaMás hemos hablado con Mirèia Muixí López, que es psicóloga y co-active coach, y con Marc Martínez González, comunicador y co-active coach.

Coach y psicólogo, diferentes pero complementarios

La diferencia principal entre la psicología y el coaching, según Muixí, es que la primera "se centra en el acompañamiento al trauma" y el segundo "tiene por objetivo acompañar a la persona a orientarse hacia sus objetivos y a alcanzarlos desde un espacio de exploración, curiosidad y valentía". O, lo que es lo mismo, la psicología se enfoca en el origen y el coaching "dibuja a futuro el escenario deseado".

Y aunque ambas prácticas generan "un vínculo sano y seguro, imprescindible para que la persona conecte con su verdad y hacerlo desde un lugar emocionalmente tolerable", hay que tener muy claro que el psicólogo es el único que tiene la "autoridad profesional" para diagnosticar al paciente, recomendar pautas de actuación y acompañarlo en el análisis. Mientras que el coach "sostiene desde el silencio, las preguntas poderosas y el reto".

Por lo tanto, hablamos de dos técnicas perfectamente complementarias, que, lejos de lo que parece, no compiten entre sí, siempre y cuando los coaches tengan claro hasta dónde pueden ayudar a su cliente y cuándo deben derivarlo a un profesional de la psicología u ofrecerle la posibilidad de trabajar con ambos profesionales a la vez.

Muixí, con formación en ambos campos, lo sabe de primera mano: "Un psicólogo licenciado que decida dedicarse al coaching cuenta con una serie de recursos de base que no sucede al revés, por lo que, reitero, es tan importante comprometerse con la práctica que cada uno ejerce y formarse cada vez que sea necesario".

"Tenemos el privilegio de trabajar con algo tan delicado como el ser humano"

Asegura la psicóloga

En este mismo sentido, Martínez, que es coach pero no psicólogo, recuerda que es vital la "honestidad de entender que cada proceso se debe tratar con un enfoque muy concreto y que hay aspectos donde el coaching no debe entrar, ya que estamos en un terreno diferente".

"Tanto psicólogos como coaches tenemos el privilegio de trabajar con algo tan delicado como el ser humano, poder hacerlo en comunidad y con corazón es lo que nos hará crecer como sociedad", añade la psicóloga.

¿En qué caso necesitas cada uno?

Enfermedades como la depresión, el estrés generalizado o los trastornos de la conducta alimentaria siempre deben ser tratados desde la psicología, aunque en algunos casos "existe la posibilidad de que un coach pueda acompañar a la persona, sin tratar el trastorno, siempre con la coordinación y aprobación del psicólogo", explica Muixí.

Entonces, si no puede tratar trastornos, ¿cuál es la función del coach? La concepción errónea sería pensar que es un simple animador o "entrenador", como se traduciría del inglés. Es mucho más.

Martínez, con formación reciente en el ámbito del coaching y una ferviente vocación por el desarrollo personal, aclara que este profesional "acompaña en un proceso u objetivo vital" y especifica que este proceso vital "no siempre está vinculado a la euforia", como cabría esperar de un "animador".

"Un coach sostiene lo que en ese momento está presente y desde ahí ayuda a que la persona construya hacia donde sea capaz de tolerar, siempre acompañado a través de su propia creatividad". Esta es la forma en que un coach busca "despertar o conectar la conciencia del cliente hacia un desarrollo propio".

La clave está, según él, en que no siempre debemos obsesionarnos con tratar de entender por qué nos sucede algo, sino en tener las herramientas para sobrellevar lo que nos sucede y conectar con lo que sentimos físicamente. "No todo tiene un porqué o un sentido, y saber lidiar con esas situaciones es vital para estar alineado con uno mismo, a través de sus valores y un sentido de propósito", añade.