Aceptación

Las cinco claves que te harán ganar confianza en la cama

La confianza en una misma es la cualidad más sexy que tenemos. Sentirnos seguras, amarnos y cultivar el amor propio es imprescindible para disfrutar en las relaciones sexuales.

La confianza en el dormitorio es una de la cualidades más sexys y atractivas que podemos tener. Desafortunadamente, no es algo que abunde, ni en hombres ni en mujeres. El cuerpo y el aspecto físico es el primer obstáculo que nos encontramos en el camino de ganar confianza. La falta de confianza en la cama puede tener grandes consecuencias en nuestras relaciones como no hacer lo que realmente nos apetece o mostrarnos de una manera que no somos. Todo ello hace que no disfrutemos al cien por cien durante el sexo.

¿Cómo ganar más confianza en el sexo?

Lo primero que tenemos que hacer para ser auténticas disfrutonas en la cama, es conocer nuestro cuerpo.

El auto conocimiento no sólo pasa por la masturbación, aunque es cierto que es una magnífica manera de aprender sobre lo que nos gusta y lo que no, sino que hay que prestar atención a todo el cuerpo. Cuando hablamos de conciencia corporal parece que nos referimos a la estimulación de los genitales, sin embargo el resto del cuerpo también es muy importante. Como afirma la sexóloga Ruth González. del centro de atención sexológica Ruth González terapia, “Cuanto más sabes de tu cuerpo mejor lo conoces a todos lo niveles, no solo sexualmente hablando. Sabes tus límites al viajar, al hacer deporte y al tener relaciones contigo u otras personas. La autoestima sexual va ligada a la aceptación que tengamos de nuestro cuerpo. Lo conocemos pero no siempre lo queremos y/o lo cuidamos. De ahí que mucha gente que no acepta su cuerpo tiene la autoestima sexual muy bajita”.

¿Cómo aprender sobre el autoconocimiento?

Resérvate un momento. Asegúrate de que no vas a ser interrumpida y relájate. Haz ejercicios de respiración y conecta con tu cuerpo. No hace falta que sepas de técnicas, simplemente déjate llevar. Durante ese momento empieza a acariciarte. No vayas a los puntos que ya conoces y sabes que te llevan directamente al orgasmo, recorre otros rincones de tu cuerpo. Experimenta, siente y céntrate en lo que estás sintiendo. No te pongas objetivos, simplemente disfruta de ese momento.

Fantasea. Las fantasías y dejar volar la imaginación es una manera sencilla de aprender sobre lo que nos estimula. No refrenes lo que te viene a la mente, sólo déjate llevar y pregúntante qué ocurre en tu cuerpo cuando estás en esta situación. Como dice González, las fantasías nos ayudan en muchos aspectos y nos hacen liberar las presiones que sentimos. “Las fantasías son necesarias. Nos ayudan a usar la imaginación y a sacar a nuestros/as niños/as libres. Muchas personas tienen miedo de sus propias fantasías. Las fantasías, fantasías son y no necesariamente hay que llevarlas a cabo. Nos suben los niveles de deseo y de excitación entre otras cosas. También nos ayuda a saber lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Lo que nos pone y lo que no nos pone”.

Sexo | iStock

Hablar sobre sexo, así es más fácil

Habla sin tapujos sobre tu sexualidad. Propón conversaciones divertidas y sinceras con tu pareja o amigas sobre vuestras experiencias sexuales. La experta nos recomienda que si sentimos mucha vergüenza una buena solución puede ser comenzar a hacerlo con un o una profesional de la sexología para después llevarlo a nuestra vida cotidiana.

De nuestro pasado sexual podemos aprender mucho, rescatar algunas prácticas que nos gustaban y que hemos dejado de hacer o simplemente pasar un buen rato recordando cómo hemos cambiado. Hablar de sexo con nuestras parejas nos hace sentirnos más cerca y crear vínculos de confianza que repercutirán de manera positiva cuando nos metamos en la cama.

Si te cuesta hablar de sexo prueba a incluirlo de manera espontánea en una conversación normal. “Una manera para naturalizarlo es a través de series, canciones, películas, lecturas…” añade.

Hablar sobre la sexualidad no tiene por qué ser algo que hagamos para tener sexo o en un momento muy íntimo, sino que debemos aprender a tomarlo con naturalidad.

Una vez que forma parte de nuestras conversaciones puedes crear momentos íntimos en los que habléis de lo que os gusta hacer, de nuevos objetivos sexuales que tengáis o de esa lista de deseos para probar que vais guardando.

¿Y en la cama? Habla durante el sexo, exprésate y anima a tu pareja a que también lo haga. No te fuerces, deja que salga de forma natural. Puede que al principio no te salga, entonces simplemente narra lo que vas sintiendo y ya verás como con la práctica en un tiempo te sientes más libre.

Ruth nos recuerda que si nos vemos incapaces de hablar sobre sexo, lo mejor es saber de dónde viene este sentimiento y realizar una consulta profesional que nos oriente.

¿Sabes que tu ritmo de vida influye en tu vida sexual?

“El cansancio, el “aquí te pillo, aquí te mato” y el estrés son tres de los factores que se están cargando las relaciones sexuales en el siglo XXI”, así describe la situación y queda muy claro por qué hoy en día tenemos menos encuentros eróticos.

Si te sientes estresada, hinchada o de mal humor, ¿te apetece tener sexo? Generalmente no. El sexo nos relaja y nos ayuda a liberar el estrés acumulado, pero pocas veces nos apetece mantener un encuentro sexual cuando no estamos a gusto con cómo nos sentimos. Para aplacar este sentimiento es importante mantener un ritmo de vida acorde con lo que queremos sentir, hacer ejercicio y mantener una buena alimentación. Esto no quiere decir que te olvides de darte caprichos y comer lo que te apetezca, sino que te escuches y lo hagas según te vayas sintiendo. “Lo que recomendamos es practicar actividades que nos hagan sudar y que nos suban las pulsaciones y una alimentación equilibrada acompañada de alimentos con propiedades estimulantes en la función sexual como pueden ser: la canela, el jengibre, la maca andina, chocolate negro o los frutos rojos” aconseja la sexóloga.

Evita los alimentos que te hinchen, incluido el alcohol. El acohol nos deshinibe si tomamos una cantidad limitada, pero todas sabemos que hay una línea muy fina que si la pasamos el placer se va difuminando. Las frutas y verduras son la mejor opción en la alimentación para una buena salud sexual ya que nos aportan energía y evitan que sintamos sueño, lo que hará que tengamos más tiempo para disfrutar. Los gases son otro de los motivos que nos hacen sentir inseguras en la cama. Evita las comidas que te provocan gases y que te restan seguridad en tu cuerpo.

Ejercicio para mejorar en el sexo

Mantenernos activas hace que nos sintamos mejor con nosotras mismas El ejercicio físico provoca secreción de hormonas como las endorfinas que hacen que la sensación de felicidad aumente. Cuando alcanzamos los objetivos que nos hemos propuesto nos sentimos más sexys, más atractivas y a gusto con nuestro cuerpo. El ejercicio puede ser un preludio para una buena sesión de sexo.

En estos días de confinamiento es difícil mantener estas rutinas, pero no imposible, así que lo único que tienes que hacer es proponerte un horario en el que cumplir con tus objetivos. Unos objetivos adaptados a la situación que estamos viviendo. Te ayudará a mantenerte activa, seguir con tu trabajo de autoestima corporal y que el deseo no decaiga.

Cambia tu monólogo interno

¿Cómo te hablas a ti misma? Según afirma Ruth González, “Nos solemos hablar como nos han hablado a nosotros/as. Como nos resulta conocido. Así que las personas que han recibido caricias negativas normalmente en su diálogo interno también se las dan”. Un cambio fundamental para ser más segura en tu vida sexual es cambiar la manera que tienes de referirte a ti misma. No te juzges, no te culpes por las cosas que te gustan, por lo que te apetece hacer. Acéptalas y siéntelas como parte de ti. La forma en la que te piensas repercute en cómo te muestras en tu vida íntima. Hazte consciente de cómo estás actuando internamente y pregúntate si es positivo para ti. “No es algo que se aprenda de la noche a la mañana y hay que tener paciencia” puntualiza González. Además, nos recomienda practicar el mindfulness como una alternativa para tomar más conciencia sobre nosotras.

Remplaza los pensamientos negativos por otros positivos. Por ejemplo, si sueles pensar que tu cuerpo no es atractivo o deseable, cámbialo admirando partes que te gustan de ti misma, valorando qué es lo que te ha ayudado a lograr. Si vives en pareja, hazle partícipe de tu cambio. Deja que te hable sobre tus cualidades buenas y cómo te ve. Puede ser de gran ayuda cambiar la mirada y ponernos al otro lado para comprobar cómo nos ven los demás porque como dice Ruth “Todos los cuerpos son diversos, son únicos y son bellos. Hay que aprender a mirarlos. Hay que aprender a mirarnos”.

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