EL IBÉRICO ES CANELA FINA

Chorizo, jamón, salchichón... Clasificamos los embutidos de más a menos saludables

Los nutricionistas alertan de que conviene moderar el consumo de embutidos, y que hay alternativas para los bocadillos más allá de los manidos chorizo y salchichón, desde aguacate, a hummus, quesos bajos en grasas o pescados ahumados... Pero, ¿cuáles son los embutidos que podemos comer con tranquilidad y cuáles deberíamos evitar?

Fiambre y embutidos, consejosMarie Claire

1- Jamón ibérico. Ojo, que cuando decimos ibérico nos referimos a ibéricos de bellota. Es decir, jamones procedentes de cerdos de raza ibérica que se han alimentado de bellotas y hierbas. No nos sirve un jamón que proceda de un cerdo que, siendo de raza ibérica, puede haber sido alimentado con piensos, pues las propiedades nutritivas del jamón no serán las mismas. El ibérico de bellota no solo no es nocivo para la salud, sino que su consumo es recomendable (con moderación, claro), ya que contiene ácidos grasos insaturados, los mismos que encontramos en el aceite de oliva y que tienen propiedades cardiosaludables.

Jamón ibérico servido en un plato | laSexta.com

2- Pechuga de pavo. Tiene apenas 3 g de grasa por cada 100 g, poco más de 100 calorías y es un producto versátil y recurrente para todos aquellos que deseen cuidar su alimentación. Contiene 43 mg de colesterol, y es ideal para bocatas, libritos, e incluso hay quien la compra en cubos y la utiliza en ensaladas. El problema del pavo es la gran cantidad de conservantes, azúcares y... ¡glutamato! que incluyen muchos de los envasados que consumimos, pues mientras creemos que estamos comiendo saludable, la mayoría de las pechugas que encontramos en el súper contienen menos de un 70% de carne. El resto son conservantes nada saludables que conviene eliminar de nuestra alimentación.

Loncha de pechuga de pavo | Agencias

3- Jamón de York. Es uno de los embutidos menos calóricos, aunque llega a nuestras mesas altamente procesado. Para elaborarlo, se eliminan los huesos y cartílagos del jamón y se someten a un proceso de cocción con una gran cantidad de sal y conservantes, como nitratos y nitritos. Tiene 175 calorías por 100 g, 45 mg de colesterol y 10 de grasa.

Pavo ahumado por valor de 200 calorías | www.wisegeek.com

4- Morcilla. Pese a que hace un tiempo se nos intentó vender la morcilla como un superalimento por sus propiedades nutricionales y su gran contenido en hierro y proteínas, no es cierto que debamos potenciar el consumo de este embutido, que procede en gran parte de la sangre del cerdo. También encontramos proteínas en los frutos secos, y hierro en las verduras de hoja verde, por poner solo dos ejemplos, sin tener que recurrir en todo momento a los productos de origen animal para conseguir estos nutrientes. Es cierto que la morcilla, lo mismo que el jamón ibérico, tiene ácidos grasos monoinsaturados –que reducen el colesterol–, pero también lo es que contienen una gran cantidad de grasas saturadas que debemos evitar (nada menos que 15 g por cada 100 g). Es, además, un embutido altamente calórico, con cerca de 500 calorías por 100 g. ¿Debemos consumirlo regularmente? La respuesta es no.

Lentejas con calabacín y morcilla | antena3.com

5- Chorizo. Si consumimos 100 g de chorizo, no solo estaremos consumiendo 30 g de grasa, la mayor parte saturada (hasta 14 g), sino la friolera de 356 calorías. Es, además, junto a la mortadela y el salchichón, el embutido que tiene más colesterol, con casi 73 mg por cien gramos. ¿Ocurre algo por comerlo esporádicamente? No, pero mejor evitarlo, y más teniendo en cuenta que ya estamos echando al cuerpo una buena cantidad de grasas saturadas en productos como la bollería o la mantequilla.

Coca de jamón y chorizo con un toque dulce | antena3.com

6- Mortadela. Este habitual de los bocatas infantiles es uno de los embutidos menos saludables que encontramos en el mercado. Se elabora con carne picada de cerdo y esos cubitos blancos que, en el caso de todos los embutidos, son grasa de cerdo. Los cubitos de grasa pueden proceder de la garganta o el lomo del cerdo y, aunque obviamente la calidad del embutido dependerá siempre de la alimentación del animal del que procedan, lo cierto es que hay que consumirla con moderación. La mortadela contiene 21 g de grasas por 100 g, de los cuales 8 g son grasas saturadas. Es, además, uno de los embutidos que tienen más colesterol, llegando a 74 mg.

Mortadela | Cocinatis

7- Salchichón. Nada menos que 438 calorías y 77 mg de colesterol es lo que nos encontramos en un embutido también muy presente en los bocatas infantiles. La Organització Mundial de la Salud (OMS) alertó en su día de que las carnes procesadas pueden provocar cáncer, y desaconsejó la ingesta habitual de embutidos y otros tipos de carne procesados. Recientemente, un investigador español de la Universidad de Nevada (Reno), explicaba a Cocinatis cuál es el gen presente en las carnes rojas responsable de la incidencia de los casos de cáncer.

Imagen de unas piezas de fuet | FR

8- Salchicha. El problema de las salchichas, al igual que el de todas las carnes procesadas, no es solo que la carne pierda sus propiedades al cocerse y que contenga gran cantidad de conservantes, sino que, además, en muchos hogares las salchichas de han convertido en ese embutido recurrente que tanto te soluciona una cena como un bocadillo, te acompaña un arroz o le da vidilla a un plato de pasta. Aunque depende mucho de la salchicha (pues pueden ser de pollo, de cerdo, con mayor o menor concentración de grasa), suelen rondar los 30 g de grasas por 100 g. Se elaboran con la piel del intestino del animal y con carne y grasas, mayoritariamente saturadas.

Salchichas | Wikipedia