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Cereales del desayuno a examen: ¿Realmente son una buena elección?

Te explico por qué la costumbre de desayunar cereales no es la más ideal.

Cereales del desayuno a examen: ¿Realmente son una buena elección?Pexels

Los cereales del desayuno se han hecho un hueco en nuestro armario, más aún si tenemos niños, y de ahí ya no salen. “Es que es la única manera de que tome leche”, “es que le gusta y así desayuna”. Hagamos hoy una revisión sobre la historia de los cereales y de si realmente son una buena opción para el desayuno. Spoiler: No. Por más “A” que le otorgue el Nutriscore.

Historia de los cereales

Todo empezó en un retiro de bienestar vegetariano en el Sanatorio Danville donde el Dr James Caleb Jackson propuso a sus invitados probar sus tortas de cereales. Granula, como él lo llamó, necesitaba pasar una noche entera a remojo para poder comerse y aun así… no conseguía que aquello estuviera bueno para la mayoría de las personas. No así para una de las invitadas que los incorporó a su estilo de vida dentro de la doctrina de Iglesia Adventista del Séptimo Día donde uno de sus primeros referentes fue John Harvey Kellogg.

Allá por 1877, John creó un bizcocho con una mezcla de cereales al que llamó granola para no competir con la granula del Dr James Caleb. Después de varios fracasos, su hermano Will retomó el proyecto en 1894.

La serendipia de los cereales

Will olvidó una olla con cereales durante toda la noche, a la mañana siguiente habían surgido cientos de copos tostados y crujientes. Sólo había que tener un poco de visión comercial para garantizarse un éxito rotundo. Y así fue. En 1898 inaguró su primera fábrica de copos de maíz.

A partir de ese momento, nuevas tecnologías como las que consiguieron el arroz inflado, añadir azúcar o chocolatear los cereales ampliaron las opciones de elección para los desayunos de los estadounidenses.

¿Cómo se hacen los cereales de desayuno?

Se recolectan y seleccionan las materias primas (maíz, avena, trigo, arroz…). El cereal se somete a diferentes operaciones de limpieza y secado. Una vez limpio, se cuece y se lamina para que adquiera esa característica forma aplastada y delgada. En el caso de productos como el arroz inflado, la técnica pasa por utilizar calor y presión.

Al cereal laminado se le aplica un proceso de tostado por calor. Durante este proceso se le añaden vitaminas y minerales porque, debido a los diferentes tratamientos, se pierden bastantes nutrientes como el magnesio. Por último, se le aplica el recubrimiento ya sea de chocolate o de azúcar, antes de envasarlo.

¿Son una buena opción nutricionalmente hablando?

En la mayoría de los casos nos encontramos con cereales refinados, no integrales, con gran cantidad de azúcar en los que, incorporar vitaminas o minerales no consiguen mejorar la calidad nutricional del producto. Por eso, es importante revisar los etiquetados y buscar cereales integrales sin azúcar.

Cuidado, no tienen por qué ser los que ponen “diet”. No olvidemos que algo light sólo significa que tiene un 30% menos de algún nutriente si lo comparamos con productos que no son light en la referencia del mercado. Es decir, si lo comparamos con un producto muy calórico y le quitamos un 30%, será un 30% menos de algo muy calórico. No es poco, pero no es mucho.

¿Cómo elegir los mejores cereales?

Las claves están en buscar en los ingredientes: cereales integrales y ausencia de azúcar. El panel nutricional completará la información, pero la lista de ingredientes es quien marca la pauta.

Y si esos no os convencen… siempre quedará la opción del pan integral tostado con un poco de aceite de oliva virgen extra. Aprovechemos las bondades de nuestros productos.

Ahora ya tenéis la información, en vuestra mano está la decisión.

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