NUTRICIÓN Y SALUD
Lo hacías a menudo de pequeña o siendo estudiante, cuando estudiabas en la Facultad y ahora, alguna que otra noche también caes en la tentación: cenar leche con galletas. Una nutricionista nos da su opinión sobre este tipo de cena.
En invierno, calentita y acompañada de un buen paquete de galletas. En verano, de la nevera y también con sus galletitas, ¿te suena lo de cenar leche con galletas? Quizás lo asocies a consejo de abuela (el vaso de leche caliente siempre ha sido un remedio casero que, según decían nuestras abuelas y madres, ayudaba a conciliar el sueño).
Hay muchas personas, sobre todo féminas, y de todas las edades, no vayamos a pensar que esto es una costumbre que se limita a los niños y jóvenes, que algunas noches deciden que su cena se compone de un buen vaso de leche acompañado de galletas. ¿Te suena esto? Porque no te apetezca cocinar, porque es una combinación que te gusta (cualquier nutricionista te diría que es muy palatable, o sea, que gusta al paladar), porque te lo pide el cuerpo.. por lo que sea.
No queremos hacerte sentir culpable, ya tenemos mil otros motivos para martirizarnos por si, de vez en cuando (pongamos el énfasis en muy de vez en cuando) te cenas tu vaso de leche con galletas. Llegados a este punto creo que todas sabemos que las galletas, producto procesado, no es algo que debas consumir habitualmente porque no tiene nada de saludable.
Pero hemos querido preguntar a un nutricionista qué le sucede a tu cuerpo tras una cena de este tipo. La experta Paloma Quintana nos responde lo siguiente: “ Da igual que sea de cena o desayuno, no es una buena elección de productos. Suele convertirse en una ingesta elevada en energía, porque se combinan y son aún más palatables y menos saciantes de lo que son por separado, es decir, "entran muy bien". Las galletas no son recomendables bajo mi criterio a ninguna edad ni en ningún momento del día. Se estaría haciendo una ingesta cargada de harinas y azúcares, ojo, aunque las galletas indiquen "sin azúcar". Las galletas también van cargadas de sal y grasas de mala calidad”, explica.
¿Por qué no recomienda este tipo de cena? “El aspecto más importante por el que no recomiendo esta preparación es porque desplaza alimentos más nutritivos, como vegetales, fuentes de proteína de calidad como pescado, huevos, carnes”, dice la nutricionista.
Pero además, hay otros motivos: “La población en general, por ser tan sedentaria y comer regular, tiene poca sensibilidad a la insulina, que es un estado prediabético, y por la noche aún peor. Por tanto consumir tal cantidad de hidratos de carbono a base de galletas no parece ser una buena idea, y menos a esa hora”.
El problema es que las galletas han venido siendo bien vistas (ya no) como un alimento (y no lo es) del que se echa mano sobre todo con los niños a la hora del desayuno y la merienda: “A los niños no se les educa en una correcta preparación de comidas y cenas, y serán más propensos a ser adultos que elijan galletas y bollería ante la falta de tiempo, en lugar de preparaciones más saludables”, afirma Quintana.
Así que ya sabes, por tu salud mejor decántate por otras cenas que realmente sean saludables y deja este pequeño capricho para ocasiones muy especiales.