LIMPIEZA A FONDO
Ten en cuenta estas pautas para que tus alimentos estén siempre a salvo de los gérmenes.
La limpieza del hogar es un asunto mucho más complejo de lo que parece. Cuando eres joven y vives en casa de los padres, piensas que tu casa se mantiene siempre limpia y ordenada por arte de magia, pero detrás hay una gran planificación que descubres una vez vuelas del nido.
Sacar el polvo, pasar la escoba, fregar… Son labores que hacemos con regularidad, ya que son básicas para que nuestro piso esté habitable. Pero también existen otras tareas que cada cierto tiempo se deben llevar a cabo. Es lo que llamamos una limpieza a fondo.
Hacer los cristales o limpiar la ducha son obligaciones que más o menos sabemos cuándo toca hacerlas, porque la suciedad se hace más que evidente. Pero, ¿qué pasa con la nevera y el congelador? Los frigoríficos no nos parecen sucios si no es que se nos ha caído algo de comida dentro y por eso muchas veces descuidamos su limpieza.
Pero la realidad es que lugar en el que almacenamos los alimentos perecederos es una de las partes de la casa que más limpia debe estar, ya que, de lo contrario, estaríamos potenciando que la comida se contaminase con gérmenes.
El cuidado del frigorífico es distinto para cada una de las partes que lo componen. Las puertas deben limpiarse diariamente, puesto que las tocamos constantemente y no siempre llevamos las manos limpias.
Por otro lado, las bandejas y los cajones deberían limpiarse una vez por semana. Puedes aprovechar este mismo día para repasar si hay algún alimento que se te haya caducado o esté en mal estado.
El resto de elementos de la nevera, como la goma que sella la puerta del frigorífico o la parte superior de este, se pueden limpiar cuando toque hacer una limpieza profunda, recomendada cada dos meses por la mayoría de fabricantes. Para ello, utiliza vinagre o bicarbonato de sodio mezclado con agua.
Para hacer la limpieza de nevera de forma correcta, desconéctala, vacíala por completo y usa agua y jabón neutro para limpiar su interior y vinagre para desinfectar. Antes de volver a conectarla a la corriente, asegúrate que se ha secado pasando un papel absorbente.
Tanto si lo tienes integrado en la nevera como si tienes un aparato aparte, debes tener unos cuidados distintos con el congelador. Este se debe limpiar como mínimo una vez al año, aunque hay marcas como Bosch que recomiendan una vez cada 6 meses. Si no es ‘no frost’, la limpieza será más necesaria, ya que la acumulación de hielo hará que gaste más energía.
Para hacerlo, es importante desconectarlo de la corriente y descongelarlo, antes de comenzar a limpiar. Los alimentos que tenías dentro, puedes guardarlos en una bolsa de congelación.
Una vez descongelado, puedes limpiarlo con una bayeta y agua tibia. Si vas a usar un producto de limpieza, que sea específico. Nada de lejía u otros productos abrasivos.
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