ESTRÉS NOCTURNO
No solo los dientes sufren con el estrés. El bruxismo lingual, un hábito involuntario que ejerce presión con la lengua durante la noche, puede provocar dolores de cabeza, tensión cervical y sueño fragmentado. Así lo explican los expertos y cómo podemos prevenirlo.
Las fechas navideñas traen alegría, pero también estrés. Entre compras, compromisos y reuniones, nuestro cuerpo encuentra nuevas formas de expresar la tensión acumulada. Una de las más silenciosas es el bruxismo lingual: la presión que ejercemos con la lengua contra los dientes mientras dormimos.
Aunque muchas personas asocian el bruxismo con rechinar los dientes, este hábito menos conocido puede ser igual de dañino. La doctora Sofía Rodríguez Moroder, especialista en patología dental del sueño, alerta de sus consecuencias: dolor cervical, cefaleas y sensación de fatiga crónica al despertar.
Normalmente, pensamos en la mandíbula como la protagonista del bruxismo, pero la lengua también puede ser la culpable. Bajo estrés, el sistema nervioso busca liberar tensión, y la lengua se convierte en una especie de "pistón" que empuja contra los dientes o se presiona contra el paladar durante horas.
"Cuando la lengua no descansa, los músculos del cuello y la base de la boca trabajan de forma continua, lo que provoca molestias físicas y altera la calidad del sueño", explica la especialista.
Aunque el daño no siempre se ve en los dientes, hay señales que pueden alertarnos:
Detectar estas señales a tiempo permite buscar soluciones antes de que los problemas se agraven.
Una lengua que empuja durante la noche puede afectar a todo el cuerpo:
La doctora Rodríguez Moroder recomienda técnicas sencillas de conciencia postural:
"La boca refleja nuestro nivel de estrés. Aprender a relajarla es clave para dormir mejor y disfrutar de la Navidad sin dolores ni fatiga", concluye la experta.