TODA PRECAUCIÓN ES POCA
En Navidad el alcohol está más presente que el resto del año: vinos, cervezas, licores y recetas en las que se usa alcohol son lo habitual. Las embazadas no deben probar ni una gota, aunque eso sea tener que poner límites que no gusten al resto.
Llegan las fiestas de Navidad y con las fiestas, las reuniones sociales, comidas y cenas… y el alcohol está presente en muchos momentos. No sólo en forma de bebida, sino también en muchas de las recetas navideñas que hay en la mesa. Y entonces surgen los comentarios del tipo "por una copa no pasa nada", "en mis tiempos bebíamos durante el embarazo y aquí estamos", "el alcohol se evapora al cocinar, puedes comer sin problema".
La respuesta es no. No existe una cantidad mínima segura durante el embarazo, y esto es de suma importancia.
Se ha demostrado como el alcohol atraviesa la placenta y llega al feto a través del cordón umbilical, por lo que si nadie se plantea darle un poquito de alcohol (por poco que sea) a un recién nacido, tampoco nadie debería plantearse que para un embarazada es seguro beber alcohol. No, ni siquiera una copita.
Consumir alcohol durante el embarazo afecta directamente en el desarrollo del feto, además de aumentar el riesgo de aborto o parto prematuro.
En nuestra sociedad, el consumo de alcohol durante el embarazo es la primera causa no genética de discapacidad intelectual, y sin embargo es totalmente prevenible.
También se relaciona con alteraciones en el desarrollo y el comportamiento, alteraciones del lenguaje y de la coordinación, problemas de memoria, alteraciones visuales o de audición, dificultades para relacionarse, problemas en el corazón y en el hígado, trastornos de hiperactividad y atención…
En otros casos, estos niños también pueden presentar rasgos faciales típicos como ojos pequeños, puente nasal plano, cabeza pequeña, labio superior muy fino o anomalías en las orejas.
Los bebés de madres que han consumido alcohol durante el embarazo pueden presentar sólo algunas de estas alteraciones, o en los casos más graves, todas ellas en conjunto como parte de un síndrome llamado síndrome alcohólico fetal.
Lo más importante de esto, es que son alteraciones 100% prevenibles si la madre no consume nada de alcohol durante el embarazo.
¿Las embarazadas pueden comer platos cocinados con alcohol?
Se piensa que el alcohol se elimina con la cocción, pero lo cierto es que en estudios realizados se ha podido comprobar como no todo el alcohol se elimina tras estar sometido a altas temperaturas. Por lo tanto, las recetas que contienen alcohol en su elaboración no son seguras para mujeres embarazadas, mujeres en periodo de lactancia, o niños.
El alcohol pasa a través de la leche materna, y por lo tanto tampoco debe consumirse durante este periodo. Existe la falsa creencia de que el alcohol puede aumentar la producción de leche, pero es totalmente falso.
Se desconoce qué nivel de alcohol ingerido por la madre es seguro para el lactante y, sabiendo que se excreta en la leche materna, se recomiendo un consumo cero de alcohol durante este periodo.
Como podemos comprobar en la web de e-lactancia.org, el consumo de alcohol durante la lactancia se relaciona con sedación, irritabilidad, retraso psicomotor y menor rendimiento cognitivo y académico.