Así aprovecharás tu energía a tope
Estás apática, no te apetece hacer nada y el mundo, de repente, te parece insoportable. ¿Sabes por qué te ocurre esto? Revisa tu ciclo menstrual y lo entenderás todo.
Para que nuestras vidas sean mucho más llevaderas y podamos disfrutar de cada momento, deberíamos aprender a adaptar nuestras rutinas a cada ciclo de nuestras menstruaciones y ¡eso es lo que vamos a hacer!
A principio de semana estoy súper energética, he hecho todo lo que me había propuesto y hasta tengo tiempo de disfrutar un poco, y todo con una sonrisa en la cara. No sé cómo ni por qué, de repente la tristeza se apoderó de mí. Todo me parecía mal, no me encontraba a gusto con nada de lo que me ponía y ya ni hablemos del deseo. ¿Por qué estoy ahora así?
La respuesta más común es que las mujeres estamos locas o somos bipolares, pero no, todo esto tiene una explicación muy sencilla. No estáis locas, sois cíclicas, aclara Claudia Kösler, psicosexóloga, terapeuta de pareja, especialista en crecimiento personal y erótico. Aunque ahora no te lo parezca el momento en el ciclo menstrual en el que te encuentras te influye, y mucho, para las actividades que vas a llevar a cabo durante el día. Por eso, es muy importante “aprender a entender cómo funcionan las hormonas y los respectivos cambios en nuestro cuerpo, emociones y pensamientos, qué factores influyen tanto negativa como positivamente y, llevar a cabo ciertos consejos para no sentir ese “descontrol” de estados anímicos”.
Una de las medidas que primero deberíamos tomar, además de conocernos mejor, es tener siempre presente el calendario del ciclo junto a nuestra agenda. “Planificar el tiempo según el ciclo hará que sea más productivo y satisfactorio el desarrollo tanto de los objetivos personales como profesionales” afirma Kösler.
Reorganizar según las fases de tu ciclo
Antes de coger la agenda y ponerte a replanificar “se debe realizar un trabajo previo de autoconocimiento y ver qué ocurre en cada ciclo. Con ayuda de un diagrama lunar o agenda menstrual se van recogiendo datos y notas sobre cada fase. De manera genérica hay ciertos aspectos comunes para cada etapa. Por ejemplo cuando se está en la fase preovulatoria es un buen momento para iniciar ideas o proyectos. Se tiene un grado de actividad que hace más fácil crear. Cuando estamos en la ovulatoria estamos mucho más sociables y cercanas a los demás.
En cambio, cuando se está en la fase premenstrual, si no ha habido una buena gestión de emociones y una adecuada alimentación durante los otros ciclos, aparecen los ‘dramas’, conflictos y malestar con los demás”. Y en la última y cuarta fase, la menstrual, es el momento perfecto para auto cuidarnos, descansar y estar con nosotras mismas.
Pero esto no es la realidad, al menos a mi me cuesta mucho hacerlo. Sigo y sigo sin prestarme atención y sin pararme a pensar en qué momento estoy, y haciendo esto Kösler dice que “desaprovechamos tiempo y ganas”. “Asimismo, los cambios de humor repentinos pueden afectar puntualmente a relaciones tanto de amistad, de pareja como en el trabajo y dar lugar a discusiones y enfrentamientos innecesarios”. Y contigo misma también, son esos momentos en los que sentimos que el mundo está en nuestra contra y todo nos sale mal.
Ésta es la teoría ahora nos toca la práctica. Yo soy una persona muy activa y me gusta hacer ejercicio, ¿cómo puedo no parar pero no verme metida en esa espiral? Kösler me aconseja que “de las cuatro etapas hay dos (preovulatoria y ovulatoria) en la cual nos encontramos más cómodas para hacer ejercicios que implique interacción grupal, mayor actividad y esfuerzo; correr, hacer bicicleta, usar las máquinas del gimnasio, spinning, crossfit… En cambio en la premenstrual y menstrual, al ser dos etapas de introspección y descenso de sociabilidad, es mejor realizar ejercicios sin interacción, más individual y con menor carga de esfuerzo; yoga, estiramientos o ejercicios de respiración consciente” pueden ser una buena ida.
Menstruación y vida, una pareja inseparable
Hay facetas de la vida donde ser personas que menstrúan nos influye más. “Si se tiene una pareja afectiva o un trabajo cargado de estrés y responsabilidades, son las áreas donde se hace cuesta arriba lidiar con los posibles conflictos o contratiempos. Sobre todo si se está en la etapa premenstrual. Donde afloran a nivel emocional todos los aspectos no resueltos y la insatisfacción que tengamos con nosotras mismas o el entorno” Para sobre llevarlo mejor Kösler nos aconseja “entender y reconocer cómo nos sentimos en cada ciclo para poder interactuar con nosotras mismas y nuestro entorno de la manera más agradable.
Y ¿en la cama? porque aquí sí que notamos el bajón y subidón de hormonas y a veces nos sentimos mal por no ir al ritmo que “se supone” que debemos de ir. Hay que tener en cuenta que cada una de nosotras es diferente y tiene un ciclo propio, por eso, “(de manera general) el deseo se ve aumentado significativamente en el momento de la liberación del óvulo. Posteriormente disminuye cuando se está en la fase premenstrual y menstrual. No todas las mujeres siguen este patrón, el estilo de vida también influye”. Así que lo mejor es que te observes y vayas viendo tus cambios.