HIGIENE BUCAL
Debes limpiarla cada día para eliminar los restos de saliva y bacterias que se han ido acumulando.
Una buena higiene bucal es esencial para mantener los dientes sanos y relucientes. Todos sabemos de sobra que hay que lavarse los dientes, al menos, tres veces al día, y que es recomendable usar un colutorio.
También hay que aplicar este hábito higiénico a los cepillos de dientes y a las férulas dentales.
En este último caso, os vamos a contar cómo hay que limpiarlas correctamente para que nuestros dientes no se vean perjudicados.
Limpieza diaria
Los siguientes pasos son para aplicar cada día y evitar así que se acumulen bacterias y aparezca el mal olor. Si esto ocurre, hay el riesgo de que la férula se llene de hongos. Además, puede ser la causa de otros problemas, como infecciones bucales.
Lo primero que tienes que hacer es coger el cepillo y mojarlo. ¡Ojo! El cepillo recomendado es uno especial para prótesis, ya que es más grande y con filamentos más duros, que eliminan mejor los restos de suciedad.
Una vez pasado el cepillo por agua, échale unas gotas de jabón neutro de manos. No utilices pasta de dientes porque los componentes que lleva dañan la férula, se desgasta más rápido y, por lo tanto, se reduce su vida útil. Tampoco uses detergente para platos.
Cepilla bien la férula, mojada con agua previamente. Aprovecha el cabezal más pequeño del cepillo para llegar a todos los rincones y que la limpieza sea todavía mejor. Tras unos segundos, aclara la férula para sacar la posible suciedad que haya quedado y luego sécala bien con una toalla.
Cuando hayas acabado no la dejes nunca inmediatamente dentro de su cajita. Debes ponerla en una superficie limpia y seca durante, más o menos, un cuarto de hora. Si la pones en un recipiente cerrado justo después de limpiarla, se pueden acumular bacterias y todo el trabajo que has hecho no servirá de nada.
Eso sí, no olvides guardar la férula en la cajita pasado el tiempo recomendado, porque si la dejas sin tapar todo el rato también es perjudicial.
Limpieza semanal
Además de todos los pasos diarios que hemos contado hasta ahora, es importante que una vez a la semana sigas las siguientes indicaciones.
Para asegurar una limpieza perfecta de la férula y para evitar que coja un color amarillento, debes usar una pastilla limpiadora efervescente, esto es, las que se utilizan para lavar las prótesis. Es muy fácil de hacer y solo te llevará unos minutos.
Pon en un vaso un poco de agua. A continuación, introduce la férula y la pastilla. En tan solo unos segundos empezará a hacer efecto. Lee atentamente el prospecto y asegúrate de cuál es el tiempo máximo que indica el fabricante que debes dejar la férula con la pastilla. Cíñete a los minutos recomendados porque no es bueno dejarlo más tiempo.
Tras esto, seca bien la férula, pásale de nuevo el cepillo para quitar los restos que haya desenganchado la pastilla y luego aclárala y sécala con la toalla.
Últimos consejos
Piensa en cepillarte los dientes antes de colocarte la férula, para asegurarte de que tienes la boca limpia de alimentos y de placa. Por último, ten cuidado a la hora de manipularla. Aunque es de un material bastante resistente, puede fracturarse y acumular bacterias.
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