ENTREVISTA
Hablamos con la psicóloga Adriana Fernández sobre este tipo de ansiedad que angustia a muchas personas.
¿Alguna vez te has preguntado por qué te preocupan tanto las cosas que no han ocurrido -y puede que nunca lo hagan-? Se llama ansiedad anticipatoria y muchas personas no saben que la sufren.
Este tipo de ansiedad se traduce en miedos sin fundamento que provocan un estado de angustia muy molesto y difícil de gestionar si careces de las herramientas.
Por eso, hemos entrevistado a Adriana Fernández, la psicóloga que hay detrás de la cuenta de Instagram @psico_y_mente, que comparte consejos de autoestima y autoconocimiento con más de 13 mil seguidores. Ella nos ha dado las indicaciones necesarias para afrontar este tipo de ansiedad para vivir la vida más felices.
¿Qué es la ansiedad anticipatoria?
Se trata de la ansiedad que sentimos cuando nos estamos haciendo a la idea de algo que va a suceder. En teoría se podría considerar que la sentimos cuando nos estamos preparando para algo.
La ansiedad eleva nuestro nivel de alerta para poder actuar al momento ante una amenaza, pero, al intentar anticiparnos, estamos preparándonos físicamente cuando todavía no está sucediendo el evento en cuestión. Al suceder esto, nos acabamos generando preocupaciones de situaciones que no son realistas, porque no sabemos realmente cómo será la situación hasta que no la vivamos.
¿Tiene algo que ver con la autoestima?
Se podría decir que esta ansiedad se agrava en las personas con una autoestima baja, ya que, al no confiar en sus capacidades, su ansiedad anticipatoria se centra en pensar que no están preparados, ni físicamente, ni mentalmente, para la situación que tendrán que afrontar.
¿Cómo la podemos detectar en nosotros mismos?
Normalmente, las personas que padecen ansiedad anticipatoria se perciben como personas pesimistas, pues asumen que pasará lo peor automáticamente. Además, causan lo que llamamos pensamientos intrusivos, ya que el tema nos preocupa tanto que es algo que no logramos sacarnos de la cabeza. Esto les hace evitar situaciones temidas, sentirse inferiores a los demás (complejo de inferioridad) y les vuelve incapaces de comprometerse (en pareja o con proyectos). También les afecta al sueño y al nivel de rendimiento en el trabajo o vida académica.
¿Cuáles suelen ser sus causas?
Una necesidad de querer controlar más de la cuenta, miedos aprendidos o inculcados, haber vivido una mala experiencia en el pasado y tener temor a que se repita (trauma), bloqueo emocional, complejos o tener diagnóstico de ansiedad o depresión.
Como experta, ¿qué consejos darías a los lectores que padezcan este tipo de ansiedad?
Lo primero, explicarles que todo lo que vivimos en nuestra vida -nuestras experiencias y nuestros miedos- son cosas que hemos ido aprendiendo, por lo que no tiene ningún sentido que nos avergoncemos, ni que nos juzguemos por ser como somos, y mucho menos que tratemos de evitar la situación que tanto tememos. Y luego, que se planteen las siguientes preguntas:
¿Cómo se trata en terapia?
Es un entrenamiento, el primer paso es escuchar exactamente qué pensamientos te pasan por la cabeza, y a que reflejan los miedos, las inseguridades y los temas que trataremos en terapia. Una vez que los entiendes y sabes de dónde te nacen, te resulta más fácil saber identificarlos, y luego ya a partir de ahí es ir intentando reemplazar los pensamientos negativos, catastrofistas e irreales por otros realistas y que tengan presentes las capacidades de uno mismo; a esto lo llamamos racionalizar.
Lo siguiente, como con la ansiedad en general, es buscar estrategias que le funcionen a la persona para poder relajarse y así decirse a sí mismo y a su cuerpo que no existe peligro alguno.
Una buena estrategia que suele funcionar con la ansiedad anticipatoria es el Mindfulness, ya que implica centrarse en el presente y el ahora y en nada más. Todo esto se combinará con exposición gradual si es necesario y por supuesto adaptando a las características de cada persona.
¿Crees que este tipo de ansiedad se ha visto agravada por la pandemia?
Diría que sí, dado que nuestra experiencia con el Covid nos ha forzado a vivir una situación de incertidumbre y de desconocimiento a la que no estábamos acostumbrados y que ha generado malestar en todos los ámbitos de la vida de las personas: a nivel familiar, laboral, social, emocional, psicológico…
No nos gusta no saber qué va a pasar, nos hace sentir sin control, sin poder y sin recursos. Y, aunque la sensación de poder y de control realmente existe solamente en nuestra cabeza, al final es lo que nos proporciona paz.
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