ADIÓS SANDALIAS
Si quieres alargar la vida útil de tu calzado, sigue estos tips fáciles para guardar zapatos, chanclas y zapatillas.
Los días de chanclas y sandalias han acabado. Aunque las temperaturas aún no han comenzado a bajar, es hora de empezar con el cambio de armario. Toca guardar también el calzado de verano, hasta que vuelva el calor.
A menudo no se presta la misma atención al guardado del calzado que al de la ropa. Pero párate a pensar: seguro que nunca guardarías una camiseta manchada hasta el verano que viene. Pues tenemos que pensar lo mismo con el calzado: no tiene sentido guardar las sandalias o las zapatillas sin antes adecentar bien cada par.
Así pues, los pasos a seguir para guardar el calzado son los siguientes:
1. Saca todo el calzado de uso habitual y separa aquellos pares que no te vas a poner en mucho tiempo de los que vas a usar en la temporada actual.
2. Limpia bien el calzado que vas a guardar. Para hacerlo, debes dejar impoluto tanto el tejido como la suela. De hecho, sobre todo hay que esmerarse en las suelas, que acumulan toda la suciedad de la calle.
Usa la lavadora sin miedo para limpiar muchos tipos de calzado: las deportivas o zapatillas de tela quedan genial a máquina. Y muchos tipos de sandalia, también.
3. Guarda el calzado que no te vayas a poner, en caso de que no puedas dejar todos los pares a mano.
Es decir, si tienes la suerte de tener un vestidor amplio con un espacio para calzado en el que todos los pares quedan a la vista, perfecto. Esta solución es sin duda la mejor opción.
Pero en caso de que no tengas esa suerte (somos la mayoría) debes guardar los zapatos de manera que no pierdan su forma, no huelan, no les salga moho por la humedad o no pierdan su color (como las zapatillas con suelas de goma que acaban amarilleando).
Cómo guardar el calzado
Una vez hecha la clasificación y la limpieza del calzado, toca guardarlo. Sigue estos tips para que puedas disfrutar de tus sandalias o zapatillas favoritas cuando las vuelvas a necesitar:
1. Evita las bolsas de plástico: Tanto con la ropa como con el calzado, no se recomienda usar bolsas de plástico. Favorecen la aparición de humedad y, por lo tanto, de moho.
2. Rellena con papel el interior del calzado, tanto si es un calzado cerrado (tipo zapatillas) como si se trata de un calzado abierto. Puedes usar el típico papel que cubre el calzado en las cajas de cartón cuando lo compras.
3. Guarda el calzado en bolsas de tela, de esta forma, luego podrás usar cualquier tipo de caja para acumularlo; incluso las de plástico.
Las bolsas de tela lo preservan de la humedad y del deterioro. En Amazon venden packs a muy bien precio como por ejemplo este modelo que tiene la ventaja de ser transparente por la parte superior.
4. No guardes más de un par en la misma bolsa. No amontones el calzado, aunque sea pequeño o aunque creas que caben más pares dentro. Cada par, por separado.
5. Coloca el calzado en cajas. Una vez esté cada par en la bolsa de tela, toca colocar el calzado en cajas para que puedas guardarlas bien. Tienes muchas opciones: las cajas de cartón en las que vienen cuando lo compras, cajas de plástico transparente individuales o cajas como este tipo que son muy cómodas.
También puedes usar cajas de plástico duro con ruedas para guardar bajo la cama. En este último caso puedes guardar más de una bolsa dentro, pero sin amontonar. Lo mejor es preservar siempre la forma del calzado, sin ladear.
Si sigues todos estos tips, la próxima primavera vas a poder disfrutar de tus chanclas, sandalias y zapatillas una temporada más.