Desterremos algunos mitos
En Internet se venden infinidad de productos afrodisíacos como perfumes, gotas, pastillas, etc. con feromonas que prometen milagros en el aumento del deseo sexual, y también, tratamientos homeopáticos, que supuestamente curan con plantas las disfunciones sexuales. Todo enfocado en mayor medida a la mujer porque ya se da por hecho que ellos van cachondos de serie continuamente y somos nosotras quienes más flaqueamos en las ganas de tener sexo, aunque en realidad no sea así exactamente.
Pero, ¿qué hay de eficaz en todos estos productos de dudosa producción, comercialización y rigor científico? Todo apunta a que nada, y a que el efecto placebo es más potente que muchas drogas. Por ello, hemos hablado con expertos para confirmar que estamos ante la mayor ola de engañabobos del sexo de todos los tiempos.
Existe una amplia cultura de comidas, bebidas y hierbas consideradas afrodisíacos naturales, como la aleta de tiburón, leche de burra, bambú, canela o alimentos más comunes con el chocolate, las fresas, higos frescos, ostras o el champán. Otro engañabobos de libro que en la práctica no tiene ningún efecto más allá de la creencia de que con su consumo te vas a excitar como para ponerte a tocar con la libido las castañuelas. Nos lo han dejado claro. “Las propiedades afrodisíacas en estos alimentos tienen una mínima base científica. El efecto es cierto pero fallan las cantidades: deberías comer cantidades ingentes de chocolate para que haya una causa-efecto clara y acabarías antes con diarrea. El 99.999999% es sugestión”, nos comenta Carlos García, biólogo. El poder del efecto placebo es el afrodisíaco más potente en estos casos.
En referencia a los productos afrodisíacos químicos con feromonas como los perfumes, pastillas o ampollas, comúnmente de venta en sexshops, tampoco existe ningún rigor científico. “Realmente es un negocio, un interés económico, y quien dice que funciona, está experimentando un efecto placebo, una autosugestión. Si tú vas con la creencia de que vas a ligar porque llevas un perfume de feromonas, tu actitud es más proactiva, más receptiva en torno al ligoteo, entonces claro que ligarás, pero porque tu actitud es de querer ligar y vas a hacer cosas para que eso suceda. Es una creencia pero no hay una evidencia científica que soporte esta teoría”, nos confirma María Esclapez, sexóloga y autora del libro 'Inteligencia Sexual'.
En caso de no sentir apetencia por el sexo pero sí querer estimularla, lo más efectivo para el deseo, más allá de productos homeopáticos o medicamentos, es la terapia sexual. “La medicación ayuda a tratarlo pero la solución está en un tratamiento psicológico y no en placebos o plantas”, insiste Esclapez. “Se trata de un trabajo diario como cualquier otra cosa, como la depresión o ansiedad. Es más breve porque estamos hablando de una disfunción, no de un trastorno mental, pero es un proceso constante y no puedes dejar de aplicar lo aprendido día a día, aliñando las relaciones con juguetes, literatura erótica, aprendiendo nuevas técnicas de estimulación, aprendiendo a vivir la sexualidad no solamente con técnicas corporales, sino también enriqueciendo la mente con información sexual, planeando encuentros con la pareja. Hay que cultivar mente y emoción”.
En resumidas cuentas, ni empacho de chocolate, ni sobredosis de hierbas, ni salir de casa atufando a perfume con supuestas hormonas para atraer al sexo contrario: lo mejor será contar con una pareja (o varias) que nos agrade/n sexualmente y predisposición psicológica para encender las ganas, trabajar y darle rienda a la creatividad sexual.