PRODUCTO INDISPENSABLE
Las aguas termales son un indispensable en la rutina de cuidados de la piel, un ritual de cuyas propiedades te puedes beneficiar en cualquier momento del día.
Los múltiples beneficios que ofrecen las aguas termales para la piel hacen las han convertido en el complemento perfecto para llevar siempre encima, sobre todo durante el verano. Pero, ¿qué son exactamente?
El origen del agua termal es lo más importante, pues determina su composición. Provienen de fuentes termales, ricas en minerales y oligoelementos que les aportan propiedades calmantes y suavizantes de efecto inmediato y comprobadas científicamente. Algunas, como el Agua Reveladora de Orquídea Bio y Pensamiento Silvestre de Archangela, están formuladas a partir agua de glaciar e hidrolatos de plantas para conseguir la máxima pureza.
Y lo mejor es que se pueden utilizar en cualquier momento y lugar. El uso sencillo hace de este producto un aliado para llevar en el bolso y utilizar de forma habitual. El gesto es rápido y simple y el efecto inmediato.
1. Las aguas termales benefician a todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Son especialmente adecuadas en este momento del año, para aliviar la piel del estrés biológico que ha dejado la primavera y que varía, según la sensibilidad individual de cada persona, durante los meses de calor.
2. De cara al calor, refrescar el rostro con un gesto tan sencillo es especialmente agradable, pero con clima fresco o en sitios cerrados ayuda a neutralizar la sequedad de los ambientes con calefacción o aire acondicionado.
3. Las aguas termales protegen e hidratan la piel de inmediato, formando una película sobre la piel que evita la deshidratación y la acción lesiva de los agentes ambientales. Hay estudios que demuestran que, tras una semana de uso, la piel reduce la sequedad en más de un 80%.
4. También son antioxidantes, nos protege de los radicales libres procedentes del metabolismo cutáneo que provocan un envejecimiento prematuro, evitándolo y favorece la regeneración celular de la piel protegiéndonos del deterioro de esta.
5. Son cicatrizantes, tienen capacidad para favorecer la sanación de heridas superficiales como rozaduras o arañazos. Además, tienen un efecto calmante sobre zonas inflamadas como picaduras o sarpullidos, eritema solar o quemaduras tras exposición al sol.
6. Las puedes usar sobre rostro limpio o maquillado para fijar y refrescar. Pulverizar sobre tu rostro agua termal fijará tu maquillaje manteniéndolo perfecto durante más horas. Y aplicándola antes de retirar el maquillaje (sola o con unas gotas de aceite), tu rostro se limpiará más fácilmente y se beneficiará de sus minerales. Aplícala antes de cualquier producto de belleza para que la piel luzca más hidratada, iluminada y con los poros cerrados.
7. El agua termal es también indispensable en tu bolsa de gimnasio. Refresca, descongestiona y calma tras la vasodilatación que se produce con el ejercicio físico.
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