TRUCOS DOMÉSTICOS
Olvídate de las pesadas limpiezas en profundidad de la zona más sucia de la casa.
¿Alguna vez has limpiado el baño y a las pocas horas lo has vuelto a ver sucio? ¿Cómo es posible que limpies en profundidad alguna zona de tu casa y, a las pocas horas, ya vuelva a aparecer la suciedad?
Hacer la limpieza de casa es una tarea que, por lo general, no gusta. Además, está muy poco recompensada, ya que el esfuerzo invertido no se equipara con la duración del resultado final, que suele ser breve y, a veces, poco apreciado a ojos de los demás.
Como limpiar es una actividad tan pesada, varias veces hemos escuchado que para evitar hacer una limpieza a fondo que nos ocupe muchas horas, es mejor hacer un mantenimiento frecuente. De este modo, cuando tengamos que hacer una limpieza a fondo, no será tan engorroso y no perderemos tanto tiempo.
Para que esto lo puedas llevar a la práctica en tu baño, te proponemos 5 tips básicos para que lo mantengas limpio durante más tiempo y que la limpieza en profundidad no sea tan pesada.
Rutinas de limpieza para el baño
1. Mantén un orden
En el baño se suelen acumular una gran cantidad de productos de todos los miembros de la familia, por lo que las estanterías y cajones pueden llegar a ser un auténtico caos. En este sentido, lo más recomendable es que los espacios para guardar los productos estén ordenados.
Puedes clasificarlos por tipo de productos, o bien, atribuir cada estante o cajón a un miembro de la familia. De hecho, si sois muchos usando el mismo baño, una buena idea es que cada uno tenga un espacio reservado para sus productos (un cajón, una cesta...). Así, cada uno deberá hacerse responsable de lo que es suyo y deberá dejarlo siempre en el mismo sitio.
Lo más importante del orden es que, después de usar alguna cosa, la devolváis siempre a su sitio. De este modo, no solo conservas un espacio más relajante a nivel visual, sino que ensucias menos las zonas más visibles.
2. Seca mamparas y baldosas
Acostúmbrate a sacar las mamparas y baldosas después de cada ducha. Con esta práctica evitas que la humedad se condense y que se formen las bacterias que dan lugar a la cal y el moho.
Para ello, ventila el baño después de usar la ducha durante unos 10 minutos y ayúdate de una toalla o una espátula de goma para retirar la humedad de las baldosas. Esta herramienta la puedes encontrar fácilmente en Amazon.
3. Limpia a pequeña escala
Cuando algún producto se derrame o caigan algunas gotas, no dejes que se seque y límpialo antes de que quede la mancha. Es muy frecuente encontrar en el lavamanos restos de pasta de dientes o de jabón, que quedan incrustados.
Pero con tan solo pasar un agua en el momento en que se derraman, es suficiente para que no quede rastro. Además, también es conveniente que recojas los pelos del desagüe o los que se acumulen en lugares visibles.
4. Utiliza una cesta ambientadora de WC
Si bien es cierto que las cestas ambientadoras no limpian como tal, sí que desprenden una aroma agradable y fresco cada vez que descargamos la cisterna. Esto enmascara un poco los olores y la suciedad del inodoro, que es una de las zonas del baño que más se ensucia.
Además, también puedes colocar un ambientador general, ya sea en espray, en difusor o en varillas.
5. Cambia las toallas de mano
Si en casa sois multitud, lo más recomendable es cambiar la toalla a diario. Las manos son una de las partes del cuerpo que acumulan más gérmenes y, junto a la humedad acumulada en las toallas, se pueden ir pasando de unos a otros si no se cambian con regularidad.
Aplica estos trucos y mantén tu baño limpio cada día y sin esfuerzo.
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