HACER LA COLADA
Si no eres un as de la lavandería, es probable que le eches suavizante a todas las prendas, pensando que de este modo te saldrá la colada igual que a tus padres. Sin embargo, este es un error de principiantes, puesto que no todos los tejidos son compatibles con este producto. En este artículo te contamos cuáles.
En la ineludible tarea de hacer la colada, el suavizante es como el aderezo en una ensalada: un toque final que puede hacer que todo sea más agradable. Además de dejar la ropa más suave, este producto también ayuda a que tu casa huela a paraíso, por lo que es normal que creas que es un paso innegociable a la hora de lavar la ropa. Pero, al igual que no querrías ponerle según qué aderezo a una pizza, hay algunas prendas en las que el suavizante no es bienvenido, puesto que podría afectar a su tejido y destrozarla por completo.
Si no eres un as de la lavandería, toma nota de las siguientes prendas que deberías meter a la lavadora solamente con detergente.
Comencemos con un clásico error: el suavizante y las toallas de baño no son una buena combinación. ¿Por qué? Porque el suavizante tiende a dejar un residuo en las fibras de la toalla, lo que puede disminuir su capacidad de absorción. Y eso no es lo que buscas después de un relajante baño o una refrescante ducha, ¿verdad? Así que, deja el suavizante de lado cuando laves tus toallas y disfruta de la suavidad natural que te ofrecen.
Las prendas deportivas, como la ropa de yoga, camisetas de entrenamiento y leggings, están diseñadas para absorber la humedad y mantenerte seco mientras te ejercitas. El suavizante, una vez más, puede dejar un residuo que obstaculiza esta función. Además, las telas técnicas utilizadas en la ropa deportiva suelen ser sensibles y pueden dañarse con el uso excesivo de suavizante. En lugar de suavidad artificial, opta por la frescura natural de la ropa deportiva limpia y sin suavizante.
Los paños de limpieza, ya sean para la cocina o el baño, necesitan mantener su capacidad de absorción para realizar su trabajo correctamente. El suavizante puede reducir esta capacidad, haciendo que los paños sean menos eficaces para secar superficies o absorber líquidos. Así que, si quieres que tus paños de limpieza sean tus fieles aliados en la batalla contra la suciedad, omite el suavizante en su lavado.
Cuando se trata de bañadores, la elasticidad y la forma son cruciales para que te sientas cómodo y seguro en la piscina o la playa. El suavizante puede hacer que el tejido de los bañadores ceda con más facilidad y pierda su elasticidad original. Como resultado, podrías encontrarte con un bañador que no se ajusta como antes. Mantén la forma y la elasticidad de tus bañadores, evitando el uso de suavizante y pasándoles un agua cada vez que vuelves de la piscina o la playa.
La ropa de lana es conocida por su suavidad y calidez, pero el suavizante puede arruinar esas cualidades. Las fibras naturales de la lana pueden verse afectadas por el suavizante, lo que resulta en una textura menos suave y en la pérdida de su capacidad de aislamiento térmico. En lugar de suavizar, lava la ropa de lana con detergentes específicos para este tipo de prendas y mantenla en óptimas condiciones.
Aparte de dejar de usar el suavizante para todo, también deberías fijarte en las indicaciones de lavado que se describen en la etiqueta de cada prenda. Antes de cortarla para que no te moleste, léete bien las instrucciones y, si hay algo destacable, apúntatelo.