UN SEGUNDO USO
Para cuidar la piel, para ahuyentar a las hormigas y hasta para abrillantar las sartenes. Los posos del café son mucho más que las simples sobras de tu café con leche mañanero. Lee este artículo hasta el final si quieres saber cómo aprovechar al máximo esos restos.
Del fruto de la planta del café se obtienen los famosos granos de café que, tras ser tratados, los podemos disfrutar en forma de bebida estimulante. Para muchas personas, el café es un imprescindible diario, pues no solo nos gusta su sabor, sino que nos ayuda a despertarnos y a rendir, especialmente cuando no hemos pasado una buena noche.
Pero, una vez que tenemos nuestro expreso servido, ¿qué ocurre con los restos? Se los conoce como posos y hay personas que han conseguido sacarle partido a estos restos en lugar de tirarlos, preparando un abono casero para alimentar a sus plantas. De todas formas, no todo el mundo es consciente de sus propiedades y, por ende, no sabe cómo sacar partido a esta sustancia aparentemente inservible.
Para qué puedo usar los posos del café
Para limpiar utensilios de cocina
Una de las características menos conocidas de los posos del café es su cualidad abrasiva, algo que nos puede ayudar enormemente si nos encontramos en la misión imposible de eliminar la grasa de las sartenes, las bandejas de horno y las ollas. También resulta muy útil para desincrustar los restos de comida y suciedad difíciles de eliminar con jabón. Solo debes poner los utensilios en remojo y con un estropajo húmedo frotar la superficie sucia con los restos del café. Después enjabona el utensilio para lavarlo.
Ambientador para malos olores
La masa húmeda marrón que resulta del café actúa como un gran y potente neutralizador de olores. El producto es capaz de absorber la humedad, por lo que poco a poco ese aroma desagradable se eliminará. Puede venirte bien colocarlo al lado de los cubos de basura o si quieres eliminar los olores del interior de tu nevera. Solo deberás rellenar una bolsita de té con restos de café seco. También ayuda a neutralizar el temido olor a ajo de las manos si las frotas con los posos durante unos minutos.
Repelente para hormigas
Las hormigas no soportan el olor a café, por lo que puedes aprovechar los restos para hacerte un repelente natural para insectos. Debes mezclar los posos con un poco de agua y pulverizar por las zonas donde no quieres que se acerquen los bichos. No solo te funcionará como repelente para las hormigas, con los restos puedes ahuyentar a mosquitos y a cucarachas, por ejemplo.
Ideal para las bolsas de los ojos
Muchos productos específicos para cuidar la zona de los ojos llevan un poco de cafeína, ya que se trata de una sustancia que desinflama, estimula la circulación sanguínea y es fundamental para reducir las líneas de expresión. Si quieres suavizar las bolsas, mete en el congelador los posos de café sobrantes y, cuando estén fríos, colócalos sobre las ojeras como si se tratara de una mascarilla. Eso ayudará a desinflamar la zona.
Suaviza la piel y da brillo al pelo
Más allá de aplicarlo en el rostro, también puedes usarlos sobre el cuerpo, sobre todo para exfoliar la piel. La mejor forma es haciendo una pasta con el café molido usado y un poco de aceite de coco y frotarla por la dermis para obtener una piel suave y lisa. El pelo también se puede beneficiar de los posos del café. Si quieres darle más brillo a tu melena, aplícate los restos sobre el cabello húmedo y deja que actúen durante unos minutos, luego lávate el pelo como de costumbre.