NO TE PROHIBAS
La creencia popular nos lleva a evitar ciertos alimentos que no solo no tenemos que limitar, sino que son interesantes nutricionalmente.
Muchas veces evitamos algunos alimentos, ya sea por su elevado valor calórico o por pensar que tienen un elevado aporte energético, cuando en realidad no es así. En cualquier caso, clasificar los alimentos en función de las kilocalorías que aportan es un error, ya que el valor calórico es diferente del valor nutricional y podemos encontrar alimentos de bajo aporte calórico pero también con bajo aporte nutricional y a la inversa.
Alimentos ricos en grasas y algunos mitos
Esto sucede sobre todo con algunos alimentos ricos en grasas. Hace años se hablaba de grasas en general y se metían todas en el mismo saco. Se pensaba que las grasas eran perjudicionales; fue la era del apogeo de los productos desnatados y 0% materia grasa. Con el tiempo, hemos ido descubriendo que hay diferentes tipos de grasas con diferentes efectos sobre la salud, algunas de ellas con efectos beneficiosos.
El caso es que las grasas son el macronutriente que más valor calórico aporta, 9 kilocalorías por gramo, frente a 4 kilocalorías por gramo que aportan los hidratos de carbono y las proteínas. Este hecho hace que los alimentos ricos en grasas, presenten un valor calórico más elevado por 100 gramos. Pero hay que tener en cuenta también el valor saciante del producto, sus otros componentes o la ración consumida, ya que muchos de estos productos que nos parecen muy calóricos por 100g, la ración de consumo es mucho menor.
Frutos secos
En general, los frutos secos contienen perfiles saludables de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados; proteínas; fibra soluble e insoluble; vitaminas E y K; folato tiamina; minerales como magnesio, cobre, potasio y selenio; y sustancias como carotenoides zantofila, antioxidantes y compuestos de fitoesteroles.
Los estudios han sugerido que el consumo regular de frutos secos tiene un impacto beneficioso sobre la obesidad, la hipertensión, la diabetes, y las enfermedades cardiovasculares, con reducción de mediadores de enfermedades crónicas como son el estrés oxidativo, la inflamación, la adiposidad visceral, la hiperglucemia, la resistencia a la insulina, la disfunción endotelial y el síndrome metabólico. Y además, no encontraron relación entre su consumo y el aumento de peso, más bien al contrario, los que encontraron alguna relación fue inversa.
Aguacate
El aguacate es rico en ácido oleico, el mismo tipo de grasa que posee el aceite de oliva virgen, con el beneficio añadido de que en este caso un 78% de su composición es agua y al tener también fibra resulta más saciante y más ligero que el aceite de oliva. También es rico en vitaminas, minerales y antioxidantes. Y además, su valor calórico no es tant alto como se cree, ya que aporta unos 160 kcal por 100g.
Plátano
El plátano no es un alimento rico en grasas, ni un alimento de elevado valor calórico. Sin embargo, la creencia popular lo acuña de fruta más calórica que otras frutas, algo que no es cierto. Un plátano tiene el mismo aporte calórico que una manzana. Como cualquier fruta, es una opción ligera, saciante y rica en vitaminas, minerales, fibra y sustancias antioxidantes.
Aceitunas
Las aceitunas contienen el mismo buen perfil graso que tiene el aceite de oliva virgen, ya que este se extrae de las olivas. Son una opción más ligera que el aceite, ya que las aceitunas no solo están formadas por grasas, sino que el 50% de su composición es agua. Alrededor de 15 aceitunas equivalen a una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra. Lo único que nos puede preocupar de las aceitunas es su elevado contenido en sal, no su aporte calórico.
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