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El vídeo viral que muestra las extremas medidas de higiene de los probadores en Japón

El compromiso con la limpieza, la meticulosidad y la implementación de las extremas medidas de higiene en la cultura japonesa ha dado un paso más y ha llegado a los probadores de las tiendas de ropa. Descubre cuáles son las normas que deben seguir los compradores, ¿te gustaría que se aplicaran en España?

Mujer en un probador de ropaPexels

En un mundo que constantemente enfrenta desafíos en materia de salud, a nadie le sorprende que Japón sea un ejemplo de meticulosidad y respeto por la seguridad pública.

Desde tiempos inmemoriales, la cultura japonesa ha atribuido un valor incomparable a la limpieza y la higiene. Sin embargo, en el contexto actual, esta nación ha llevado su compromiso a niveles sin precedentes.

En las últimas semanas, se ha hecho viral un vídeo en Instagram en la que la usuaria @pasaportete muestra las extremas medidas de higienes de los probadores de Japón, unos hábitos que no solo sorprenden, sino que inspiran a los demás.

En el vídeo se puede ver como Teté, la creadora de contenidos especializada en viajes originaria de México, accede al probador de una tienda de ropa en Japón y queda tan sorprendida que decide grabar con su teléfono un vídeo sobre las normas que debe seguir para probarse las prendas con total seguridad e higiene.

Zapatos fuera

Para empezar, la joven no puede acceder al interior del probador sin descalzarse. A ella le permiten no quitarse una bota ortopédica, dado que tiene una lesión en el pie, pero desprenderse de los zapatos es una costumbre tan arraigada en la sociedad del país nipón -así como en muchos sitios de Europa-, que se considera una norma social para acceder a los hogares, templos y otros lugares comunes.

En Japón descalzarse es un gesto que simboliza la voluntad de dejar fuera la suciedad y las impurezas del mundo exterior, así como sentirse en contacto directo con la naturaleza.

Cubrirse la cabeza

Otra medida que llama la atención de la joven instagramer, es que en cada probador hay una cajita de cartón que dispensa una especie de bolsas. Estas están fabricadas con un tejido entre el papel y la tela -como las batas de los centros médicos de un solo uso- para que cada persona que accede al probador se coloque sobre la cabeza y se cubra la cara.

El objetivo de este producto es proteger las prendas de la parte de arriba de posibles manchas derivadas del uso de maquillaje. De este modo, resultará muy difícil encontrar una prenda nueva, a la venta en una tienda de moda que tenga cualquier rastro de base de maquillaje, colorete o lápiz de labios, algo bastante común en otros países.

Limpieza tras cada uso

Una vez que el cliente ha salido del probador, el personal del establecimiento entra en él para limpiar el suelo, repasar los espejos y asegurarse de que el espacio queda totalmente limpio y desinfectado para el siguiente cliente que quiera acceder.

Compromiso individual y colectivo

La población japonesa ha adoptado estas prácticas en los probadores de ropa de las tiendas, pero el país ha implementado sistemas de desinfección ultramodernos en lugares públicos, desde túneles de desinfección hasta robots autónomos que garantizan la limpieza constante de espacios compartidos.

Las medidas de higiene personal van más allá de lo que en nuestra cultura consideramos convencional y responde a un gesto de responsabilidad hacia los demás.