NI NUMEROS, NI LETRAS
Si tu talla es diferente en cada tienda, te recomendamos que sigas estas recomendaciones.
La clasificación de tallajes por números y letras es tan diferente como tiendas de moda hay en el mundo. Seguro que los vaqueros de nuestro armario son de tallas distintas, igual que las camisetas o los vestidos. De hecho, cuando vamos de compras, es frecuente que nos asalte la dudas de si hemos aumentado de peso.
Esto se explica porque no hay un consenso universal sobre los tallajes en la industria de la moda. Por lo tanto, lo que en una tienda es una talla 38, en otra es una 40 o más. Incluso dentro de la misma tienda, las tallas pueden variar de un estilo de pantalón a otro.
Esta situación nos genera confusión respecto a nuestras medidas estándares. Por este motivo, lo mejor es olvidarse de los números y las letras, y quedarnos con las prendas con las que nos sintamos cómodas.
Para que puedas acertar con la ropa sin necesidad de mirar la etiqueta, existen algunos consejos de moda que no fallan. A continuación, te los desvelamos.
Prendas superiores
Para dar con la talla de prendas, como camisetas, jerséis o, incluso, vestidos, debes coger como referencia el hombro. En este sentido, debes fijarte en que la costura que une el cuerpo de la prenda con la manga, coincida justo con la unión entre el hueso de la clavícula y el brazo.
Camisas
Además de la costura del hombro, con las camisas también debes fijarte en el cuello. Para comprobar si es tu prenda perfecta, te tiene que caber un dedo entre tu cuello y el de la camisa abrochado. En definitiva, el cuello de la pieza tiene que cerrar sin quedar demasiado holgado, pero sin que apriete.
Americanas
Para este tipo de prendas tenemos que tener en cuenta el punto del hombro y, además, la altura a la que se cierra el botón central. Este, una vez abrochado, tiene que taparnos el ombligo. Finalmente, si la pieza que llevas debajo es una camisa o tiene cuello, fíjate que la solapa de la americana quede pegada a él.
Estas pautas no se pueden aplicar con las prendas oversize, puesto que, estas tienen un tipo de caída más irregular.
Prendas inferiores
Es decir, pantalones y faldas. Con estas piezas tienes que poner la atención en su cinturilla. Cuando abroches esta parte, tiene que quedar perfectamente sujeta a tu cintura, pero sin que quede demasiado ancha (que no lleguen a sobrar dos dedos), ni muy ajustada.
Además, recuerda que, cuando tenemos la menstruación, también nos tienen que caber estos mismos pantalones. Así que, ten en cuenta los días en los que vas a estar un poco más hinchada y no peques de coger pantalones demasiado apretados.
Ropa de traje
En el caso de los pantalones de traje, aparte de fijarnos en la cinturilla, también tenemos que mirar la parte frontal de la pieza. Por ejemplo, si se marcan arrugas alrededor del cierre de la prenda, significa que es demasiado pequeña. Mientras que, si se nos hace un poco de bolsa, nos queda grande.
Por último, si ves que los bolsillos laterales se disparan hacia afuera de manera exagerada, también es señal de que hemos cogido una pieza pequeña.
El consejo de la abuela
Ante la duda, siempre es mejor optar por una pieza que te quede un poco más grande, que otra más ajustada. Piensa que a la mayoría de piezas grandes se les puede hacer algún arreglo para reducirlas y que se ajusten al cuerpo.
En cambio, con las prendas pequeñas ya no hay marcha atrás. En algunas ocasiones, se pueden ensanchar añadiendo un poco más de tela. Pero, en todo caso, se nota que es un añadido posterior y no algo de su diseño original. Además, ir apretada sin poder ni respirar es tremendamente incómodo.
Otra situación diferente es cuando nos compramos ropa más pequeña con la esperanza de perder peso y conseguir que nos quepa en un futuro. Pero esto es una conducta tóxica hacia nosotras mismas, que suele desencadenar en mucha presión, malestar y frustración.
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