VIAJE EXPRÉS
Con motivo de la inauguración del Instituto Cervantes en Dakar, la reina Letizia se ha trasladado al continente africano para un corto viaje y con un estilismo que aleje las críticas.
A las 21:40 horas de ayer, domingo 13 de diciembre, la reina Letizia aterrizaba en el aeropuerto Internacional de Blaise Diagne recibida por la primera dama Marie Faye Sall. En un contraste de colores azul y rojo entre ambas, la ex periodista comienza la semana en lo que parece ser su último viaje al extranjero de este año con un traje discreto y sencillo acorde para el evento cultural que le espera. La inauguración de un Instituto Cervantes supone la apertura del primer centro de la entidad en África subsahariana.
Nada más bajar del avión hemos visto a Letizia, acompañada de Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y del secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Juan Fernández Trigo. Serán ellos quienes presidirán el acto oficial que tendrá lugar hoy, lunes.
Tras pisar suelo africano, la reina ha recibido un ramo de flores de una niña de 12 años, está cuenta con las mejores notas y es considerada la mejor alumna en la periferia de Dakar, según confirmaron desde la Casa Real.
Para su aterrizaje, Letizia optó por lucir una vestimenta cómoda y elegante. Un traje de chaqueta y pantalón en un tono azul marino dándole un aire formal, pero también desenfadado. En esta ocasión la reina de España ha elegido una apuesta segura sin arriesgar en su estilismo.
Siguiendo con la sencillez, la mujer de Felipe VI, ha optado por un top blanco con escote en pico para destacar frente el color oscuro de la blazer. El traje sastre del atuendo se suma al estilo clásico de los zapatos. Unos salones del mismo tono azulado firmados por la marca Magrit.
El peinado de la reina ha seguido en la misma línea contando con un corte recto, raya al medio y liso, sin adornos. Como complemento ha lucido unos pendientes daga de Gold&Roses en perfecta armonía con su anillo ovalado que brillaba entre la sobriedad del look.
A diferencia de los últimos estilismos con los que ha sorprendido Letizia estos últimos meses, ha recurrido a la funcionalidad para este viaje, dejando atrás los vestidos voluminosos y las tiaras rusas con las ha aparecido en los viajes de Estado y los actos oficiales.
Para esta celebración Letizia ha querido dejar ver su lado más profesional, a la altura del acontecimiento. La reina no viajaba a Senegal desde el 2017 para otros proyectos del país en los que cooperaba con España, visitando también el Aula Cervantes inaugurada en 2010. Esta se creó a raíz de la necesidad de una buena formación en el español a raíz del gusto de los senegaleses por la música y el fútbol de nuestro país.
África Subsahariana cuenta ya con casi dos millones de estudiantes de español en un total de 26 países, contando Senegal con más de 300.000. Este proyecto se aprobó el pasado 2019 por el Consejo de Ministros del Gobierno español y presentado en noviembre del 2020 por el presidente del Instituto Cervantes.
La nueva sede está situada en una parcela de 1.500 metros en los que se eleva un edificio de dos plantas donde se albergan las aulas, la biblioteca, despachos y espacios al aire libre para llevar a cabo las actividades.
El viaje que concluirá hoy mismo cuando concluyan los actos agendados devolviendo a la reina a casa esta noche. Letizia ha cumplido con su propósito de no levantar críticas por su elección de vestuario. Ella misma ha intentado escapando de lo ocurrido en el viaje a Paraguay, donde levantó polémica con el look de trabajo con el que sorprendió. Pantalón, botas y chaleco de cooperante fueron los elementos con los que llegó al país, unos muy diferentes a los que han conformado la elegante imagen de la reina en esta ocasión.
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