DIVERSIDAD CORPORAL

¿Por qué mi talla de ropa es diferente en cada tienda?

Hablamos con la psicóloga clínica Noelia Trivisonno, especializada en psiconutrición, para encontrar respuesta a uno de los temas que nos genera más malestar.

Maniquís Pixabay

Todas las mujeres hemos experimentado esta situación en nuestras propias carnes: nos vamos de compras, nos probamos unos pantalones de la talla 38 y nos sientan de maravilla. Luego, nos dirigimos a otro comercio y, para nuestra sorpresa, no hay manera de abrocharse la cremallera de lo que supuestamente es un pantalón de nuestra talla. Así que salimos del probador para coger una prenda de una o dos tallas más. Esta sí que nos cabe.

Esta situación, a muchas mujeres les puede provocar una terrible carga psicológica. La angustia por encajar en una talla determinada se estructura en dos vértices: el primero, el hecho de que los tallajes de las grandes marcas no coinciden entre ellos y, el segundo, que desde pequeñas se nos ha introducido la idea de que nuestros cuerpos se dividen en tallas buenas (las pequeñas) y tallas malas (las grandes).

Así que, cuando rozamos el límite de las “tallas malas” o tenemos una de ellas, los pensamientos autodestructivos pueden provocar una batalla llena de sufrimiento contra nuestra figura.

Pero, ¿por qué las tallas con las que se clasifican nuestros cuerpos influyen tanto en nuestro bienestar psicológico? ¿Por qué le damos tanta importancia a una simple cifra? Y, lo más importante, ¿cómo nos podemos proteger ante esta realidad? Para responder a todas estas preguntas, en NovaMás hemos hablado con la psicóloga clínica, Noelia Trivisonno, divulgadora y escritora especializada en psiconutrición.

¿Por qué nuestra talla de ropa cambia de una tienda a otra?

La gran pregunta que todas nos hemos hecho alguna vez tiene una respuesta clara. Según Trivisonno, esto se debe a que no existe un tallaje unificado. De modo que, "la talla se decide en función del lugar de fabricación, de la tabla de medidas que selecciona cada marca y de su estrategia comercial".

En este sentido, las marcas suelen acudir a juegos psicológicos, es decir, "si el cliente se siente a gusto con el valor que indique la etiqueta de su ropa, aumentará la posibilidad de que la compre", explica la psicóloga.

Trivisonno apunta que, el problema de esta variación de tallas en las que se confecciona la ropa de la mujer "se basa en un canon estético estipulado como válido e instituido socialmente", y no basándose en los cuerpos femeninos reales.

Esta realidad hace que caigamos en el error de pensar que, si no cabemos en la ropa, somos nosotras las que debemos modificar nuestro cuerpo, cuando, en realidad, "es laprenda la que tiene que adaptarse a nosotras y no al revés", remarca la experta en psiconutrición.

¿Qué tipo de mensajes relacionados con la presión estética se difunden?

La psicóloga afirma que, si bien es cierto que cada vez hay más conciencia de lo tóxica que es la presión estética sobre el cuerpo de la mujer, el aspecto físico es un tema que aún genera mucho malestar emocional. De hecho, Trivisonno apunta que, "una de cada tres mujeres manifiesta insatisfacción corporal".

En este sentido, los tallajes y la moda siempre han venerado un canon de belleza femenino en el que los cuerpos delgados son los socialmente aceptados, los más atractivos y saludables - tanto física como mentalmente-. Sin embargo, la experta recuerda que "hoy disponemos de evidencias contundentes de que esto no es así".

Otro problema es la presión estética con las que nos dominan desde niñas: "Desde pequeñas incorporamos mensajes que dictan las formas corporales correctas e incorrectas. Así, normalizamos el hecho de juzgarnos y ser juzgadas en función de la apariencia, a la vez que somos sometidas a un ideal estético poco saludable. Esto puede afectar negativamente a nuestra autoestima, seguridad, y hasta predisponer a la aparición de conductas alimentarias alteradas".

"Es la prenda la que tiene que adaptarse a nosotras y no al revés"

Afirma la psicóloga Noelia Trivisonno.

¿Cómo nos podemos proteger ante la presión estética?

Uno de los mensajes tóxicos que más malestar emocional nos genera es la creencia de que, parte de nuestra valía (si no, prácticamente toda) lo marca el número de la báscula o de una talla de ropa. En este sentido, Trivisonno recuerda que "un número no nos define como seres humanos. La forma de nuestro cuerpo no habla de nuestras acciones, habilidades, hábitos, proyecto y calidad de vida".

Estos aspectos son los que realmente perduran en el tiempo, los que la gente recordará de nosotras, aquello que tiene valor de verdad, independientemente de un peso. Además, hemos creído, falsamente, que encajar en un determinado canon estético "nos traerá aceptación, valor, confianza, éxito y también salud. La trampa es que, en la lucha por alcanzar una cierta forma corporal, no obtenemos esos beneficios prometidos, sólo reforzamos la creencia de que no podemos sentirnos en paz y a gusto en nuestro cuerpo", señala la experta.

En este sentido, no hay que mitificar los cuerpos delgados, ya que, a veces, detrás de una talla puede haber una historia de mucho sufrimiento, maltrato y ansiedad. Por todo ello, no debemos "enlazar nuestra autoestima a los estándares estéticos", apunta Trivisonno.

Frente a los mensajes que nos dicen que nuestro cuerpo no es suficiente si no tiene una talla concreta,"trabajar para aceptarnos se vuelve un acto de cuidado y respeto hacia nosotras mismas". También "es necesario recordar que la diversidad corporal existe y que todos los cuerpos son válidos".

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