NO ES PARA TI

Lo que se lleva no me sienta bien: ¿Cómo lo adapto a mi cuerpo?

Muchas veces asociamos a que, si una prenda la lleva todo el mundo, es porque le sienta bien a todo el mundo, y no siempre es el caso. Entonces, ¿debo adaptarlas a mi cuerpo?

Chica enfadada con su armarioiStock

Como en la Biblia, los mandamientos son como las leyes inquebrantables, que por mucho que tu fe sea pura y buena, si no las respetas, no serás un buen cristiano. En moda, quiero pensar que estos son los diez mandamientos de la autoestima, que yo, por lo menos, sigo antes de caer en cualquier nueva tendencia.

Primer mandamiento: sé respetuoso contigo mismo.

¿Te ha pasado alguna vez que te has vestido con la ilusión de llevar la última tendencia y has sentido como los pantalones te apretaban las caderas, el tiro era muy corto y te notabas incómoda y malhumorada? Porque a mí sí, me pasa constantemente. Hay cierto tipo de ropa que sé que por mi constitución nunca me va a sentar bien. Aunque me encantaría decir que es algo que asumo y paso página, a día de hoy es algo que sigue afectándome. Cuando veo que una prenda que a muchas chicas en mis redes sociales les sienta de fábula, y a mí me queda como un cuadro, en vez de culpa a la prenda, me culpo a mí misma por no sentarme bien.

Segundo mandamiento: aceptarás con indulgencia tu imagen en el espejo

A veces nos vestimos basándonos en los estilos que se llevan y en lo último que pensamos es en nosotros mismos. ¿Qué me favorece a mí? Cuando escojo una prenda en una tienda, no busco que me siente bien a mí, sino que miro si es un color que está de moda esa temporada, si es el corte que se lleva, la forma, etcétera. Pero olvido lo más importante, la ropa se debe adaptar a mí y no yo a la ropa.

Tercer manda miento: te hablarás con cariño hasta en los días malos

Todos tenemos días que no nos vemos. Todo lo que te pruebas te sienta mal, estás incómoda con tu cuerpo, e incluso tu estado de ánimo está peor que lo que te ves tú en el espejo. Y aunque sé que todos estaríamos encantados de oír que hay una solución milagrosa, a veces lo mejor y más sano es volver a los básicos. Para este tipo de días se inventó el armario cápsula, esas 4 prendas que sabes que quedan bien todo, que siempre te favorecen y con la que no deberás pensar más de la cuenta. De esta forma evitarás el clásico mental breakdown que todos hemos sufrido antes de vestirnos.

Cuarto mandamiento: tú eres tú y ella es ella

“Ella”, según la RAE, es el pronombre personal en la tercera persona del singular, pero, la realidad es que ella, en muchas ocasiones se convierte en un adjetivo calificativo. “Ella” es esa persona que idealizas, que tú crees que todo le sienta fenomenal, que siempre sale de su casa con un look ideal y sin comenderos de cabeza, casi como recién salida de una revista. Pero te puedo asegurar, que ella es como tú; tiene días malos, días que no se siente bien consigo misma, o que no está motivada o inspirada. Y es que al final todos somos humanos, para bien o para mal. Por lo tanto, no te compares con los demás, no idealices sus vidas y sobre todo lo te castigues por no conseguir llegar a ser como ella.

Quinto mandamiento: si te frustras, confía en aquello que te hace sentir bien

Soy la primera persona que utiliza la moda como una vía de expresión. Disfruto a la hora de crear un look y me motiva cada mañana a empezar el día, pero como cualquiera, tengo mis días malos. Ese día puedo estar más hinchada, me han salido granitos, me siento incómoda con mi cuerpo, etc. Cuando me pasa esto recurro a las prendas que me hacen sentir mejor conmigo misma, no son los básicos, todo lo contrario, son prendas alegres, que me realzan la figura, que me dan un chute de autoestima y me ayudan a darle la vuelta completamente a mi estado de ánimo para ese día.

Sexto mandamiento: compra aquello que te mejora y no lo que te perjudica

Aunque sepas que hay una prenda que está muy moda, que todo el mundo lleva y que ves que a todo el mundo le sienta bien, si no te favorece, déjalo. Los armarios siempre acaban llenos de prendas que creíste ser un hit y luego se quedan en allí con la etiqueta puesta. Por mucho que a veces queramos hacer que algo funcione… Si no lo comprarías cuando no está de moda, tampoco deberías hacerlo cuando sí lo está.

Séptimo mandamiento: no te engañes

Antes de comprar cualquier prenda, debes hacerte algunas preguntas que mi madre siempre me ha dicho: ¿me estoy haciendo un favor?, ¿lo necesito?, ¿estoy comprando una prenda especial? Date un tiempo para recapacitar antes de tomar cualquier decisión, con impulsividad solo conseguirás arrepentimiento.

Octavo mandamiento: ¿es práctico en mi día a día?

Todos hemos caído en el error comprar cierta prenda o accesorio que sabemos que no podríamos usar nunca. Adoro como quedan los tacones de aguja de 10 centímetros, pero sé que nunca tendría ocasión de usarlos, y que en el caso de que lo hiciese, me moriría del dolor.

Noveno mandamiento: sal de la tienda con una sensación de satisfacción

Hay una intuición que todos sentimos a la hora de comprar algo, que instantáneamente te dirá si has acertado o no. Si notas ese típico nudo en el estómago, por mucho que esté de moda, que sea la prenda más deseada y que sea la última que quedaba en la tienda, es porque tu mente sabe que no lo vas a usar y te está diciendo que no lo compres, aunque tu corazón no quiera verlo.

Décimo mandamiento: si te compras algo, es para disfrutarlo

Si una prenda te hace sentir mal contigo misma, incómoda o fuera de lugar, simplemente no la necesitas. Comprar por impulso no te hará sentir bien a la larga. Una nueva prenda debe hacerte ilusión y darte placer, no remordimientos ni perjudicarte. Disfruta de tus cualidades, vístete acorde con ellas y acepta que no todo lo que se lleva le va a sentar bien a todo el mundo.

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