UN GRAN ESCAPARATE
Los Oscar se han convertido en un verdadero escaparate de la moda gracias a los looks icónicos que hemos podido ver a lo largo de su historia. En este artículo repasamos los vestidos que más han impactado, ya sea por su elegancia o por su mensaje.
Ya no queda nada para la noche más emocionante del año, tanto para los amantes del cine como para los aficionados a la moda. La gala de los Oscar cuenta con una de las alfombras rojas más glamorosas y esperadas, donde las estrellas de la pantalla y las figuras destacadas de la industria de la moda se reúnen para deslumbrar con sus looks y talento.
A lo largo de las décadas, los Premios Oscar se han transformado en un verdadero escaparate de la moda, donde diseñadores talentosos colaboran con las estrellas más brillantes para crear atuendos que pasan a la historia. En este artículo repasamos los más icónicos hasta el momento.
En 1954, Audrey Hepburn se convirtió en la primera actriz en ganar un Oscar un Globo de Oro y un BAFTA por el mismo papel, el que interpretó en la película Vacaciones en Roma. Para recoger su estatuilla dorada, lució su icónico vestido Givenchy, inspirado en el que llevaba su personaje al final de la película. Una prenda midi de encaje muy delicado y sofisticado que le dio suerte.
Grace Kelly recogió el Premio Oscar a la Mejor Actriz por La angustia de vivir en 1955 vestida con un elegante diseño de Edith Head. Satinado, con doble tirante, drapeado en las caderas y de un color a medio camino entre el turquesa y el verde menta. Los guantes de ópera en blanco eran la guinda del pastel. Todo un acierto que a día de hoy aún se recuerda.
Barbra Streisand fue la primera actriz de la historia de los Oscar en lucirtransparencias. Llevó un dos piezas de Arnold Scaasi decorado con apliques brillantes. Se llevó la estatuilla a mejor actriz por su papel en Funny Girl.
Podríamos decir que cualquier estilismo de Chen en los 80 y 90 ha pasado a la historia. Pero si hay uno que destaca por encima del resto es este espectacular diseño de Bob Mackie que llevó a la ceremonia de los Oscar en el 86. Con un aire a Maléfica, la cantante robó todas las miradas dejando ver sus abdominales con un crop top halter y una falda de pedrería, y, sobre todo, con su enorme tocado de plumas.
También fue icónico el vestido de Winona Ryder en los Oscar de 1994. Y no tanto por el diseño, un vestido noventero de pedrería y flecos, sino por el precio que pagó por él: le costó 10 dólares en una tienda de segunda mano.
En 1997, Gwyneth Paltrow recogía el Oscar por su papel Shakespeare in Love con un vestido de tafetán de Ralph Lauren, de color rosa claro y una gargantilla y una pulsera de brillantes de Harry Winston que costaban más de 100 mil dólares.
La firma Elie Saab vistió a Halle Berry para la ceremonia en la que recogió su Oscar por la película Monster Ball y acertó de lleno. La actriz defendió con estilo el vestido más comentado de la noche, un diseño con un cuerpo transparente y con flores bordadas, y una voluminosa falda color borgoña con cintura asimétrica.
Los vestidos rojos suelen ser icónicos de por sí, pero el que llevó Nicole Kidman a los Oscar en 2007 es uno de los más bonitos de la historia. Un corte sirena que se destacaba por el enorme lazo que ataba el cuello halter. Una obra de Nicolas Ghesquière para Balenciaga.
Marion Cotillard se convirtió en una sirena, de la mano de Jean Paul Gaultier, en los Oscar 2007, edición en la cual recogió su galardón que la reconocía como mejor actriz del año por su papel en La vida en rosa.
En 2009, Penélope Cruz recogió su Oscar por la película Vicky Cristina Barcelona enfundada en uno de los mejores vestidos que se han visto en la alfombra roja de esta ceremonia. Un diseño blanco marfil de Pierre Balmain del cual la actriz española se había enamorado años atrás al verlo en un escaparate de una tienda vintage.
Las princesas Disney que veíamos de pequeños nos han marcado de por vida y quizás es por eso que el vestido estilo Cenicienta de Lupita Nyong'o en los Oscar 2014 gustó tanto. Celebró su trofeo a mejor actriz de reparto por 12 años de esclavitud con este Prada de cuento de hadas.
Se necesitaron 27 artesanos y 900 horas de trabajo para confeccionar este espectacular diseño de 80.000 lentejuelas de Chanel que llevó Julianne Moore en los Oscar 2015, donde fue la ganadora del Oscar a mejor actriz por Siempre Alice.
Volviendo a los clásicos de Disney, el vestido amarillo tipo Bella y la Bestia de Louis Vuitton, que llevó Alicia Vikander para recoger el Oscar a mejor actriz de reparto en La chica danesa, fue otro diseño icónico.
Emma Stone se convirtió en una estatuilla de los Oscar en 2017, con este vestido dorado hecho por Ricardo Tisci para Givenchy. Los flecos de la falda fueron el toque definitivo que la convirtió en una de las mejor vestidas en mucho tiempo. Se llevó el premio a mejor actriz por La La Land.
La gran protagonista de los Oscar 2019 fue, sin lugar a dudas, Lady Gaga. La artista se llevó la estatuilla a mejor canción original por Shallow, se marcó una actuación que pasó a la historia junto a Bradley Cooper, llevó un voluminoso vestido negro de Alexander McQueen y lucido un carísimo diamante amarillo de Tiffany and Co.
Otro momento icónico de los Oscar fue cuando Natalie Portman lució un elegante look de Dior con una crítica feminista. Se puso una capa cuyo ribete estaba decorado con nombres de las directoras que no habían estado nominadas ese año.
Janelle Monáe abrió los Oscar 2020 con una actuación que fue muy aplaudida. Pero aún más lo fue su vestido de Ralph Lauren con capucha, hecho con más de 17.000 cristales.