PRENDAS DE ABRIGO

Cómo convertir una bufanda en una balaclava los días de más frío

Este otoño e invierno, tus bufandas también será balaclavas. Te contamos cómo convertirlas en el accesorio de moda en 4 sencillos pasos. No vuelvas a pasar frío con este truco tan fácil y útil.

Una modelo de Coperni luciendo una balaclavaGettyImages

El otoño pasado, en NovaMás, nos sorprendíamos con la apuesta de grandes firmas, como Max Mara, Coperni, Dolce & Gabbana o Simone Rocha, por las balaclavas o, más comúnmente llamados, pasamontañas. Un año más tarde, este accesorio ha conquistado los armarios de las famosas e influencers, por lo que ya hemos comenzado a normalizarlo.

Para quien no lo visualice, se trata de un tipo de gorro que cubre parte del rostro y el cuello, ideal para los días de viento y frío. Aquí podemos ver a las creadoras de contenido Sara Baceiredo y Lucía Avendaño luciendo las balaclavas con mucho estilo

No inviertas en una balaclava

Si tras ver lo estilosas que lucen estas dos it girls con las balaclavas se te ha antojado comparte una te avisamos que no te hace falta. Porque si tienes una bufanda larga en tu armario podrás crear una balaclava bien calentita para este otoño-invierno si gastarte ni un euro. Te contamos cómo.

La tiktoker Alicia Revilla ha compartido un vídeo mostrando su truco para transformar una bufanda en balaclava en cualquier y tener un accesorio 2 en 1.

Te explicamos el paso a paso que lleva a cabo en la publicación:

1. Coloca la bufanda en tu cuello dejando que los extremos cuelguen en tu espalda.

2. Cruza los extremos y llévalos hacia delante; colocando la bufanda como si fuera un fular.

3. Abre un poco la zona de la bufanda que rodea el cuello y pasa por dentro los dos extremos.

4. Sube la parte trasera de la bufanda a modo capucha y ¡listo!

Se trata de un truco perfecto para poder salir de casa con tu melena al viento y recurrir a él en el caso de que comiencen a bajar las temperaturas y necesites sentir abrigo en cada parte de tu cuerpo.

Origen de la balaclava

El origen de la balaclava se remonta al siglo XIX y está vinculado a eventos históricos, así como a necesidades específicas en climas fríos y situaciones de combate.

La palabra "balaclava" tiene su origen en la Guerra de Crimea (1853-1856), un conflicto que enfrentó al Imperio Otomano, Gran Bretaña, Francia y el Reino de Cerdeña contra el Imperio Ruso. Durante este conflicto, las tropas británicas se encontraron luchando en condiciones extremadamente frías en la península de Crimea. Para protegerse del intenso frío y preservar su salud en un entorno tan hostil, los soldados adoptaron una prenda similar al pasamontañas actual. Lo bautizaron con el nombre una ciudad de la península de Crimea: Balaklava.

La balaclava proporcionaba una solución práctica y eficaz para enfrentar las bajas temperaturas, ya que cubría la mayor parte de la cabeza y el rostro, dejando solo aberturas para los ojos y, en algunos casos, para la boca. Este diseño permitía a los soldados mantenerse abrigados y protegidos del viento glacial sin comprometer su visión y capacidad para respirar.

Con el tiempo, la balaclava se popularizó más allá del ámbito militar y encontró su lugar en diversas actividades al aire libre, deportes de invierno y actividades recreativas. Los esquiadores, alpinistas y entusiastas de deportes extremos adoptaron la balaclava como una herramienta esencial para enfrentar las inclemencias del clima en ambientes fríos, de ahí el nombre de pasamontañas.