MÁS COMPETENCIA
Desde hace dos años, una de las marcas de ropa low cost más importantes de Alemania aterrizó en nuestro país para hacer la competencia a otras como Primark y las firmas del grupo Inditex. A continuación, te contamos más sobre esta empresa.
La llegada de las multinacionales de ropa low cost revolucionó el mundo de la moda y transformó la forma de consumirla. Rápidamente, ganaron en popularidad y se convirtieron en un fenómeno social que no ha cesado gracias a sus precios asequibles para cualquier bolsillo y por la amplia gama de productos, que se van renovando constantemente. Desde los más básicos que nunca pasan de moda hasta las prendas para estar siempre a la última tendencia, esta gran variedad hace posible que el tipo de clientes sea especialmente extenso. Y a todo esto, a la fórmula del éxito hay que sumarle la presencia de estas tiendas en las zonas más comerciales y céntricas de las principales ciudades de nuestro país.
Ahora mismo te vendrán algunos nombres a la cabeza, como por ejemplo, las marcas del grupo Inditex o Primark. A todas ellas, se añade otra que hace ya un tiempo que ha aterrizado en España y que está en proceso de expansión. Se trata de la marca KiK.
Esta cadena de establecimientos de ropa barata nació en 1994 en Alemania, país donde es muy popular, por iniciativa de Stefan Heinig y el holding Tengelmann Group. Como curiosidad, KiK es el acrónimo, en alemán, de "Kunde ist König", que en castellano significa "el cliente es el rey".
Tal y como especifica en su página web, actualmente tiene una plantilla total, en todo el mundo, de 29.000 trabajadores y cuenta con más de 4.000 tiendas en varios países de Europa como Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa y Rumanía. En España llegó en 2022 y, desde entonces, ha abierto una veintena de tiendas, la última en un centro comercial de Vigo, inaugurada a principios de febrero de este 2024.
Además de ropa, los clientes de KiK pueden encontrar artículos de decoración, juguetes, accesorios y productos de belleza.
KiK presume de sus políticas a favor del medio ambiente por utilizar luces LED en sus establecimientos para reducir las emisiones de CO₂ y de impulsar proyectos sociales y solidarios en Bangladés. En este país financian varias escuelas en las que estudian más de 300 niños; han instalado más de 8.000 pozos y 2.000 letrinas con agua potable limpia para más de 600.000 personas; y dan apoyo económico para que trabajadores bangladesíes y sus familias se beneficien de asistencia médica gratuita.
Por otro lado, en Pakistán impulsaron en 2017 un proyecto para mejorar la seguridad y "las condiciones estructurales y eléctricas de las fábricas" con las que trabajan.
En 2012, un incendio causó la muerte de más de 250 trabajares de una fábrica de Pakistán en la cual KiK compraba la mayoría de la producción. A raíz de esta tragedia, la compañía alemana tuvo que pagar una indemnización de unos 5 millones de euros.
En noviembre de ese mismo año, hubo otro incendio en una fábrica, en este caso en Bangladés. Murieron alrededor de 120 empleados y KiK fue de las pocas empresas que puso dinero en el fondo fiduciario para compensar a los familiares de las víctimas.
Un año después, la empresa alemana también se vio involucrada en el derrumbe de otra fábrica de Bangladés.