CON UN REFLEXIVO POST
La influencer ha querido hacer pública una situación que se da habitualmente entre los más pequeños, como ha sido en el caso de su hija Shaila.
Si por algo se ha caracterizado siempre Tamara Gorro es por la naturalidad con la que trata ciertos temas, tal y como recientemente hacía al compartir públicamente el complicado bache que se encuentra atravesando en su vida.
Sin embargo, esta vez, el motivo por el que ha hecho uso de sus redes sociales ha sido para visibilizar los problemas a los que también se enfrentan los más pequeños. En esta ocasión ha querido hablar de su primogénita, Shaila, a quien vemos en la publicación con una tierna sonrisa mirando al infinito presumiendo de sus nuevas gafas.
''¿Puede estar más bonita? Imposible. Sí, mi pequeña ratita desde hace unos días tendrá que llevar su nuevo complemento de vida, unas gafas'', son las palabras con las que la influencer ha comenzado su reflexivo post.
''Sigue con un poquito de vergüenza al ponérselas, pero ve tan bien, que cada día se hace más a ellas. Todos (o al menos yo) hemos pasado por edades que nos dan vergüenza muchas cosas por lo que dirán nuestros amiguitos'', ha admitido Tamara en referencia a las inseguridades de la infancia de las que la propia Tamara cree tener la solución.
''Y, ¿sabéis qué pienso? Que ese 'problema' lo podríamos solucionar los que estamos a cargo de los menores. Por supuesto que no somos los culpables, porque los niños actúan sin ser conscientes del daño. Pero si los papás, abuelos, tíos, hermanos… les hablásemos de ciertos temas, intentando hacerles entender, estoy segura que ellos se quedarían con el mensaje'', ha expresado de manera tajante.
No es la primera vez que la orgullosa mamá sale en defensa de sus hijos. Hace tan solo unos días, la youtuber compartía una fotografía en la que su hijo Antonio aparecía luciendo el vestido de pirata que había escogido para su disfraz de Halloween y que acompañó del siguiente texto: ''PD: me adelanto a posibles comentarios. Sí, Antonio lleva un vestido de pirata. Él quería vestido y sin pensarlo se le puso. ¿El niño es feliz? Sí, nada más que hablar''.
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