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Rocío Flores ha compartido con sus seguidores la decisión que ha tomado tras tatuarse tanto la firma de su abuela, Rocío Jurado, como la de su abuelo, Pedro Carrasco, con quienes siempre mantuvo una estrecha relación.
Rocío Flores confesaba hace unas semanas que se había sometido a varios retoques estéticos, y es que la hija de Rocío Carrasco ha experimentado en el último año un notable cambio físico después de llegar a perder más de 15 kilos tras su participación en un conocido reality, por ello a la vuelta de este intentó no recuperar esos kilos de más.
Para mantenerse, la joven se sometió a un tratamiento epigenético que le permitió modelar la figura y eliminar la grasa restante, aunque no ha sido el único, ya que también se realizó una maderoterapia y un tratamiento de rayos UVA. Aunque si algo destacó fue la extracción de las bolas de Bichat para dar forma a su cara.
Esta vez ha sorprendido a sus seguidores después de que acompañara a su novio a tatuarse y ella también decidiera hacerlo. "Sí, he pecado", añadía la joven poco antes de mostrar los dos tatuajes que se había hecho. Según ha explicado en las historias de Instagram se ha tatuado las firmas de sus abuelos, Rocío Jurado y Pedro Carrasco: "Son las dos firmas de mis abuelos, originales, clavado de sus puños y letra".
Para el tatuaje de su abuela ha elegido acompañarlo de una rosa mientras que para el de su abuelo ha explicado que aparte de la firma de él ha querido tatuarse también el guante de boxeo con el que ganó el campeonato del mundo. Y es que como bien ha confesado en más de una ocasión, tenía una estrecha relación con sus abuelos debido a la admiración que sentía por ellos.
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