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A través de sus redes sociales, María Castro comparte muchas de las situaciones diarias que vive con sus hijas, Maia y Olivia. Recientemente, la actriz lanzaba una reflexión sobre ciertas decisiones importantes que tiene que tomar en algunos momentos y que hasta convertirse en madre no había pensado. Un amplio texto que ha escrito junto a una imagen donde vemos a la intérprete dándole el pecho a su hija pequeña después de recogerla del cole porque estaba mala.
Mediante su perfil de Instagram, María Castro muestra muchos de los aspectos de su vida, desde su trabajo como actriz, hasta su maternidad y muchas de las decisiones que tiene que tomar con sus hijas, Maia de siete años y Olivia de dos, que suelen ser protagonistas de las redes sociales de su madre. En numerosas ocasiones, María comparte con sus seguidores algunas de las situaciones que vive con las pequeñas y en las que no había pensado antes de convertirse en madre, hace unos meses utilizó sus redes sociales para hablar de la lactancia materna, y reivindicar ciertas facetas de la maternidad.
En esta ocasión, la intérprete ha publicado una imagen en la que aparece tumbada en la cama dándole el pecho a su hija pequeña, Olivia, junto a la instantánea ha escrito una amplia reflexión sobre el trabajo y el colegio, y lo difícil que es conciliar cuando los niños están malos y te llaman de la escuela para que vayas a recogerlos, una situación con la que seguro muchos padres se sienten identificados: "Poco se habla de cuando te llaman de la escuela infantil y te dicen cosas como: 'Olivia está un poco pochita… tiene 37'5, no ha comido nada de nada y está 'bajita'…para que lo valoréis'. Obviamente el mensaje es perfecto y agradeces en el alma la información… mientras esa misma alma se empieza a poner pocha también decidiendo qué hacer… Obviamente, la foto corresponde a hoy dónde todo se ha resuelto sin dramas, con una recogida rápida de la escuela y un poco de tetalgesia… Pero sólo porque casualmente tenía un hueco en la serie y ellos, gentilmente me han dejado regresar a casa entre secuencias (de ahí las pinzas 'preciosas' que luzco)…", escribe.
Y añade: "Pero y cuando no es así… ¿Cómo decidir qué hacer? Qué decidir cuándo está malito, pero poco…quizá aplacable con un analgésico y mimos de la maestra… (Obviamente si la cosa es grave, sales sin decir adiós… pero y si no…). Cada uno sabe el trabajo que tiene, cuán es de imprescindible en su puesto (aunque luego no lo seamos nadie) y qué margen tiene para 'pedir' a sus jefes 'ayuda' en estos casos… Pero aún así, sin tener al bebé en cuestión cerca, sin sentir su fiebre, sin mirarle a los ojitos… la decisión se hace difícil… Hoy ha podido ser así… pero otro día… otro día no lo sé... Qué complicada es a veces la vida, hasta para los más pequeñitos…".
Una reflexión con la que María ha querido exponer la difícil situación a la que se enfrentan los padres en ciertos momentos, y donde ha explicado que en esta ocasión le ha sido posible acudir al 'rescate' de su pequeña, pero ha querido recalcar que a lo mejor no siempre es posible abandonar el trabajo, y que no todo el mundo tiene la posibilidad de irse del trabajo para recoger al niño del colegio demostrando así, una vez más, lo difícil y los malabares que hay que hacer para conciliar familia y trabajo.