EN EL HOMENAJE A JAIME OSTOS
El homenaje a Jaime Ostos en Écija ha reunido a gran parte de la familia del torero a pesar de estar viviendo un momento complicado por el reparto de su herencia. Tal es así, que sus hijos, Jacobo y Gabriela, ni se miraron.
Écija ha querido poner en valor a la figura de Jaime Ostos con la inauguración de una rotonda en su honor. El homenaje ha congregado a multitud de curiosos y de seres queridos del torero para rendirle tributo.
Pero el acto estaba marcado por otro tema. Y es que, sus hijos viven envueltos en un cruce de declaraciones, como pudimos ver en el plató de Y ahora Sonsoles, por el reparto de su herencia: Jaime Jr, Gabriela y Gisela demandan que algunas pertenencias de su padre no han sido repartidas.
Sin embargo, Mari Ángeles Grajal, viuda del diestro y madre de Jacobo, sorprendió a todos los presentes cundo se acercó al entorno de Gabriela y se dieron un beso de reconciliación. Un gesto muy emotivo que la doctora dejaba claro a Europa Press que lo hacía porque "soy muy educada" y explicaba por qué se ha hecho una fotografía con ella: "Me lo ha pedido el corazón, esto es lo que hay".
El que no quiso ni mirarla fue su hermano Jacobo, que se mantuvo inmóvil cuando ésta saludaba a su madre con dos besos y un abrazo y ambos no hicieron ni el amago de saludarse.
Tras el homenaje, el DJ atendía a la prensa y explicaba el curioso motivo por el cual no había hecho contacto con su hermana: "Miraba el monumento, que es precioso". Unas palabras que su madre completaba asegurando que, si su hijo no le ha saludado, "por algo será".
Eso sí, dejaba abierta la puerta a las paces: "En la vida se soluciona todo"
"Hay que hablar cuando hay que hablar, hoy hay que disfrutar", explicó.
La propia Gabriela le quitaba importancia a que Jacobo no le hubiera saludado: "Cada uno es tal cual".