DIGNAS DE ADMIRAR
En el mundo de la moda y el deporte, pocas figuras son tan icónicas como Lilí Álvarez o Rosa Torras. Estas pioneras del deporte femenino no solo rompieron barreras en los Juegos Olímpicos de París 1924, sino que también dejaron una huella imborrable en la moda deportiva y el empoderamiento de la mujer.
Aunque ahora nos parezca de lo más normal ver en los Juegos Olímpicos tanto hombres como mujeres, no fue hasta los Juegos Olímpicos de París en 1924 que compitieron las primeras mujeres, ni más ni menos que 135 frente a 2.954 hombres. Ese verano, fue un hito a nivel internacional, pero también nacional. Y es que España envió a sus dos primeras deportistas femeninas: Lilí Álvarez y Rosa Torras.
Lilí Álvarez, nacida en Roma en 1905 y criada en Suiza, fue una deportista multifacética que destacó en tenis, patinaje, natación y automovilismo. Su participación en los Juegos Olímpicos de París 1924, junto a Rosa Torras, marcó un antes y después al ser las primeras mujeres españolas en competir en este evento. Fueron las dos únicas representantes femeninas en un equipo que contó con 107 hombres.
Desde pequeña, mostró un talento excepcional para el deporte, pero siempre destacó con el tenis. A los 11 años, participó en su primer campeonato internacional y a los 14 ganó su primer torneo en Ginebra.
Su carrera en el tenis fue particularmente notable, siendo finalista tres veces consecutivas en Wimbledon y ganadora de Roland Garros. Sus logros la llevaron a ser conocida como "The Señorita" en la prensa británica, un apodo que reflejaba su elegante estilo de juego.
Su vida personal también reflejó su espíritu independiente y rebelde. Publicó su primer libro a los 22 años y escribió para importantes medios como el Daily Mail y La Vanguardia.
Rosa Torras nació en Barcelona en 1895 y fue otra pionera del deporte femenino español. Acompañó a Lilí Álvarez en los Juegos Olímpicos de París 1924, destacándose en tenis a pesar de competir con una bronquitis.
Torras también fue conocida por su estilo de vida poco convencional para su época. Educada de manera liberal por su padre, un prominente promotor del excursionismo en Cataluña, Torras vestía pantalones, se peinaba a lo garçon y fumaba cigarrillos con boquillas largas.
Además de sus logros deportivos, Lilí Álvarez revolucionó la moda deportiva. En 1931, se convirtió en la primera tenista en usar una falda pantalón, un diseño innovador que debutó en Roland Garros y Wimbledon. Esta ropa desafió las normas de vestimenta de la época, abriendo camino para futuras generaciones de deportistas.
En un mundo donde la igualdad de género en el deporte aún es un desafío, las historias de Lilí Álvarez y Rosa Torras son recordatorios poderosos de lo que se puede lograr con determinación y coraje. Fueron unas fervientes defensoras de los derechos de las mujeres y no dudaron en alzar la voz contra el machismo. Sus vidas y carreras no solo abrieron puertas para las mujeres en el deporte, sino que también dejaron una marca en la historia.