LA CANTANTE SUPERVISA LAS OBRAS
Aitana Ocaña acudió a supervisar las obras de la casa que compró hace unos meses en Madrid y que está reformando de arriba abajo. Una bonita vivienda a la que se mudará en tan solo unos meses.
En uno de los mejores momentos de su vida, Aitana Ocaña está a punto de dar comienzo a su gira '11 razones tour' con el cartel de 'sold out' en buena parte de las fechas confirmadas en nuestro país de su nuevo espectáculo, que supone su regreso a los escenarios tras un año de ausencia por la pandemia. Recargando pilas para el intenso verano que se le avecina, la artista acaba de disfrutar de unas mini vacaciones en Ibiza con Miguel Bernardeau, con quien la vimos compartir arrumacos y confidencias que demuestran que tras más de dos años de amor su relación marcha viento en popa.
De vuelta en la capital, hemos visto a Aitana muy pendiente de las obras de su nueva casa en la capital, que supervisa personalmente siempre que tiene ocasión. Un espectacular chalet situado en la zona de la Dehesa de la Villa, en la capital, muy cerca de la casa de su suegra, Ana Duato, que la cantante adquirió el año pasado por la friolera de 750.000 euros.
Se trata de una vivienda unifamiliar que cuenta con 270 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, que data de los años 70 y que necesitaba una reforma integral que Aitana no tardó en acometer y que, por lo que vemos, ya va muy avanzada después de meses de obras.
Un sueño cumplido que destaca por su sencilla fachada cubierta completamente de hiedra, altos muros y un sencillo jardín para gozar de la intimidad que siempre busca la triunfita. La reforma, que actualmente está centrada en la ampliación de la tercera planta, va a buen ritmo y antes de que termine el verano todo apunta a que la cantante podrá disfrutar de su nuevo 'nido de amor' con Miguel. Hasta ahora la pareja reside a caballo entra la casa de los padres del actor y el piso de alquiler en el que vive Aitana en la capital, propiedad de Blanca Suárez y situado en el madrileño barrio de Fuente del Berro. Un apartamento en el que ha residido los dos últimos años y del que pronto se despedirá para mudarse, por fin, a la casa de sus sueños.
Intentando pasar desapercibida, Aitana se acercó sola hasta su chalet para supervisar personalmente las obras y, sin separarse de su teléfono móvil, comprobó en primera persona como avanza la reforma. Con pantalón amplio, top en color burdeos, sandalias planas y sin gota de maquillaje, la artista presumió de su belleza natural y del bronceado que ha adquirido durante sus cortas vacaciones en Ibiza.
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