INMERSOS EN UN PROCESO JUDICIAL
Elena Tablada ha hablado de cómo se está desarrollando el proceso de separación de Javier Ungría, al que acusa de entorpecer que el acuerdo llegue a ser efectivo.
Los últimos meses no han sido fáciles para Elena Tablada. Inmersa en una batalla legal con su expareja Javier Ungría por un acuerdo de divorcio en el que no consiguen llegar a un pacto satisfactorio para ambas partes, la diseñadora ha reaparecido tras hacerse público que contrató a un detective para seguir al empresario y tener pruebas en materia económica de cara al juicio en el que se verán las caras el próximo diciembre.
Tras un verano especialmente convulso en el que el intercambio de dardos en redes sociales ha sido una constante entre ambos, Elena se ha sincerado ante las cámaras en el segundo aniversario del espectáculo Wah Madrid y, confesando que a pesar de su guerra abierta con Javier ha logrado encontrar "la paz mental", ha acusado al empresario de torpedear su divorcio.
"Creo que en la vida todo son ejercicios que tienes que hacer y bueno, tomarlo como un aprendizaje. La experiencia que pasé tan desagradable al final he podido aprender de ella y ahora he encontrado paz, que al final no tiene precio. Si algo te la quita, te sale demasiado caro", ha afirmado, reconociendo que lo más duro de este "proceso" es la falta de comunicación con el padre de su hija Camila: "Cuando no fluye, es desagradable... Es un proceso que cuesta, precisamente, porque hay una niña".
"Si no hubiera una hija en común, no hablaríamos ni tendríamos que tener contacto. Pero por desgracia, si dos personas no se ponen de acuerdo, tendrá que decidir una tercera persona, si no hay una coherencia", ha añadido convencida de que finalmente tendrá que ser un juez el que decida qué pasa con su convenio de divorcio y para quién será la custodia de la pequeña, de 3 años.
"Si tenemos que depender de una tercera persona para el futuro de nuestra hija, pues habrá que hacerlo. Si tiene que ser un juez, que sea un juez. Yo confío en Dios, lo que Dios me mande, yo lo aceptaré", sentenció, confesando que la actitud de Javier ha sorprendido "a todos".
Y es que como reconoce, su "comunicación" no es todo lo "agradable" que le gustaría con el padre de su hija Camila, que básicamente es por correo electrónico y a través de sus abogados. Algo que ella intenta cambiar porque, como asegura, "es fundamental intentar no hacerse daño el uno al otro, con madurez y con sensatez".
"Yo por mi parte hago un trabajo muy grande en eso. Ya me he separado una vez, yo ya he pasado por esto. Sé lo que vale la pena y lo que no", añadió. "Yo pongo de mi parte, sí. Y ya está, por mi hija, por mis dos hijas, que tengo dos y son hermanitas", deslizó, convencida de que sus esfuerzos no servirán para acercar posturas con Javier.
Un año después de su separación de Javier, Elena ha confesado que ni se le pasa por la cabeza volver a enamorarse: "Ahora mismo no estoy en eso. Es una metáfora, pero es una enfermedad de la que tengo que sanar. Si no sano, no puedo cerrar esto. Llegará un momento en que sí me apetezca, conozca a alguien, pero ahora mismo no. Tengo otras preocupaciones y estoy sanando".