A LOS 54 AÑOS
Poty Castillo ha recordado el drama familiar que le golpeó cuando murió prematuramente su padre de cáncer, además de otras tragedias como la muerte de su hermano, de la que ha tenido que dejar de hablar para no emocionarse.
Poty Castillo ha sido uno de los asistentes a la gala benéfica de la Asociación Española Contra el Cáncer celebrada en Marbella y a la que han asistido 500 comensales, y a la que su hermana pertenece. El bailarín ha hablado con el equipo de Europa Press y, entre otras cosas, ha contado cuál ha sido para él la gran tragedia de su vida.
"Mi padre falleció de cáncer de pulmón", contó Poty. "Esto no avisa, aparece, os puede tocar a todos, seamos conscientes y consecuentes que esto es una realidad. Lo ideal es que todos echemos una mano", ha explicado mientras hacía conciencia sobre el cáncer.
Además, ha recordado lo difícil que fue para su familia perder a su padre: "Terrible, murió guapísimo, jovencísimo, con 54 años, un caballero, se nos derrumbó la vida a todos. Yo tenía hermanos pequeños".
Sin embargo, el coreógrafo evitó hablar sobre sus dos hermanos fallecidos, uno a los nueve años a causa de una meningitis el mismo día que él nació, 6 de julio de 1960. Mientras que su hermano pequeño murió a los 33 años por una peritonitis: "La verdad que no quiero hablar de estas cosas emotivas".
Sobre sus tragedias familiares, Poty afirmó que las grandes fatalidades de su vida siempre le han pillado bailando sobre un escenario.
"Mira, creo que nadie está ajeno a esta enfermedad y todos deberíamos concienciarnos que es importante echar una mano. Hace falta mucho dinero para la asociaciones. Esta es la gala solidaria que más dinero recauda. En la noche del año pasado arrasamos", reivindicó Poty.
En otro orden de cosas, mostró sus garras de padre coraje y sorprendió al desvelar el porqué su hija Martinaha abandonado el ballet clásico: "Paró porque ha aborrecido un poco porque se cruzó en su camino una profesora de esas pues eso le ha hecho aborrecer el ballet clásico, no se portó bien con ella. La típica persona que no ha bailado en su vida y le ha hecho aborrecer el ballet clásico".