CONSECUENCIAS DE SU NUEVA VIDA
Meghan Markle ha tenido que tomar una drástica decisión que ha afectado a sus más allegados. La duquesa de Sussex se ha visto obligada a cortar toda relación con amigos y familiares por culpa de la desconfianza.
Meghan Markle no lo ha tenido nada fácil desde que se convirtió en una miembro más de la familia real británica. La esposa del príncipe Harry ha tenido que soportar multitud de ataques por parte de familiares y amigos cercanos que no han dudado en aprovechar su relación cercana para hablar mal de ella en los medios y embolsarse una cuantiosa cantidad de dinero.
Sin ir más lejos, su padre Thomas Markle ha sido uno de sus detractores más feroces. El ex iluminador de la industria hollywoodiense ha acusado a Meghan de querer deshacerse de él y ha acudido a varios platós para vender los trapos sucios de la familia.
Siendo consciente de que quizá su familia paterna y parte de su anterior círculo cercano no van a dejar de aprovecharse de su nueva posición para atacarla, la duquesa de Sussex ha tomado una drástica decisión y ha decidido cortar toda relación con amigos y familiares de su antigua vida.
Así lo ha publicado la revista People, que asegura que Meghan ya no se fía de nadie y que la única persona de su antiguo círculo de amigos que conserva es Jessica Mulroney, la estilista que ejerció de dama de honor en su boda y a la que fue a visitar a Toronto de incógnito el último fin de semana de agosto, en un viaje relámpago fuera de la agenda oficial.
Parece que a la mujer del príncipe Harry la adaptación de algunos protocolos de la casa real británica le están costando. Tanto es así que, según lo que ha dicho una fuente a People, no entiende que la Reina prefiera que las mujeres se vistan con un vestido o una falda a que lo hagan con un pantalón.